sábado, 3 de enero de 2009

HOMBRES Y MUJERES: SOMOS IGUALES DE MODOS DIFERENTES


Richard J. Haier, neurocientífico; especialista en medición de la inteligencia humana"Todos estamos igualados por un cerebro distinto"LLUÍS AMIGUET - 31/12/2008

¿Le hubiera molestado sacar mal resultado en el IQ (coeficiente de inteligencia)? ... ¿Y...?

Sólo le puedo decir que si hubiera una píldora que mejorara la inteligencia - y sé que las habrá-y yo no me la tomara, eso sería una falta de ética profesional.

¿Los neurocientíficos puntúan mejor en el IQ que el resto de los humanos?

Lo interesante es que muchos neurocientíficos afirman, por coquetería intelectual, haber sacado peores resultados de los que obtuvieron en realidad.

La vanidad tiene razones que la razón no entiende.

Disminuyen su nota, porque así se supone que el mérito de sus logros es mayor, pero yo los conozco y sé que tergiversan la realidad. No hay científicos con un mal IQ.

¿Ser inteligente te hace más efectivo?

Defina efectividad.

Defina inteligencia.

Lo que es medido por el test del IQ.

¿Inteligencia emocional?

Si es difícil definir la inteligencia, imagínese la inteligencia emocional.

Ya.

Yo aclararía que, aunque el término se ha hecho muy popular, en realidad es un agregado de diversas habilidades humanas: intuición, carisma, empatía, y otros muy difíciles de precisar con rigor, como saber cuándo hablar y cuándo callarse...

... Usted lo hace muy bien.

... Y otras destrezas emocionales y también intelectuales que ayudan al éxito social.

¿Habrá píldoras para el intelecto?

No quiero caer en el sensacionalismo fácil, pero estoy convencido de que sí y de que sabremos prescribir ejercicios para mejorarlo. Aún no sabemos qué pastillas ni qué ejercicios, pero los habrá; del mismo modo que no sabíamos antes y hoy sabemos cómo ejercitar los músculos exactamente y que ese ejercicio mejora la salud de todo el cuerpo.

¿Cómo sabe que habrá esas pastillas?

Porque investigo. Mire, hace sólo treinta años, si querías saber algo sobre el cerebro con rigor empírico, sólo podías medir la sangre y los tejidos; hoy tenemos neuroimágenes: fotos del cerebro en plena actividad...

¿Qué nos dicen?

... En 1988 me pregunté: ¿dónde está la inteligencia en el cerebro? Y empecé a estudiar esas neuroimágenes. ¿Cómo? Inyectamos glucosa radiactiva y así pudimos ver cómo las neuronas que consumían esa glucosa al trabajar se encendían.Así fotografiamos las áreas del cerebro que eran más activas resolviendo diferentes tipos de problemas.

¿Y...?

Gran sorpresa: más actividad no significa más efectividad mental; así que la ecuación de la inteligencia no radica en una potencia central, sino en la eficiencia reticular.

Pasa en muchos otros campos.

También desmentimos que el cerebro - como se creyó durante años-estuviera especializado por áreas. La clave no está en la especialización por zonas, sino en las relaciones entre ellas. El cerebro no es un centro, sino una red, y no tiene divas ni divos: es como una orquesta con solistas sucesivos.

¿Y quién es el director?

¿Quién dirige la red ? ¿La dirige alguien? La analogía de la orquesta acaba ahí: no está clara su jerarquización. Digamos que la inteligencia es una red definida precisamente por sus relaciones. Ese cableado cambia cuando aprendemos algo nuevo, y su eficiencia general es la que mide el IQ.

¿Un cerebro - como una organización-es tonto o listo según sus conexiones?

Así es. Otra sorpresa es que hombres y mujeres logran los mismos resultados de forma diversa. No se puede distinguir por su anatomía el cerebro femenino del masculino.

¿No era más grande el masculino?

Como media, sí, pero hay algunas mujeres que lo tienen más grande que algunos hombres. Y ese es el paradigma aplicable a casi toda comparación en psicometría y neurociencia: hay más diferencia entre individuos que entre grupos: hombres o mujeres, etnias, edades... Todos estamos igualados por un cerebro distinto.

Somos iguales de modos diferentes.

Eso significa que el cerebro puede ejercer las mismas habilidades mentales de más de una manera. Si tiene hijos o es profesor, habrá visto cómo niños diferentes solucionan problemas idénticos con diversas estrategias y relaciones: igual hace cada cerebro.

Lo que complica aún más las cosas para la ciencia y para el entrevistador.

Sí, porque nuestra pereza mental preferiría que hubiera un solo modelo de cerebro y, así, estudiado uno, estudiados todos; pero las diferencias no están en el grupo, sino en cada individuo: complejo pero fascinante.

De ahí derivan grandes consecuencias.

Por ejemplo: no se pueden argumentar diferencias cerebrales para segregar las aulas por sexos, porque cada cerebro de niño es más diferente del de cualquier otro niño que - en conjunto-los cerebros de los niños de los de las niñas.

Más que segregar por grupos, hay que adaptar la educación a cada individuo.

¡Exacto! En eso estoy trabajando precisamente: en personalizar la educación con estrategias educativas individualizadas.

¿Usamos sólo una parte del cerebro?

Lo usamos todo, aunque nos guste pensar: "Si yo quisiera...". El secreto está en descubrir en qué somos mejores.

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