sábado, 10 de enero de 2009

"TU TENDRÁS ESTRELLAS QUE SABEN REIR"



Mi nueva -y a veces algo suspicaz- amiga mexicana Martha me remite este artículo suyo para compartirlo con vosotros. Y es un placer hacerlo, pues en él veréis que, tras la cruda realidad que nos envuelve y, a veces, nos nubla la vista, hay siempre algo perenne que nos ayuda a ver la vida de otra manera. Como el amor y la felicidad en nuestra vida, en el cielo hay siempre alguna estrella que siempre, sutilmente, nos puede iluminar... como ya en su día relató A. de Saint-Exupéry en boca de su genial Principito "Las gentes tienen estrellas que no son las mismas. Para unos, los que viajan, las estrellas son guías. Para otros, que son sabios, son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas no hablan. Tu tendrás estrellas como nadie ha tenido. Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reir!"

Disfruta del fantástico escrito de Martha.

A PROPÓSITO DE… ESTRELLAS

Martha REVUELTA MORALES S.

Quién puede resistirse a la promesa de que le bajarán las estrellas.

Este ofrecimiento nos lo hacen, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Embajada de Francia en México, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, entre otras instituciones y asociaciones.

Se trata de ‘La Noche de las Estrellas 2009. El Cielo de Nuestros Antepasados’, un evento científico y cultural, para todo el público, programado para el próximo treinta y uno de enero (sábado), en antiguos centros prehispánicos, para observar el cielo a simple vista y, a través de telescopios, asesorados por cientos de astrónomos aficionados y profesionales. Se escucharan conferencias, leyendas y mitos sobre la astronomía.

El centro prehispánico elegido, de Michoacán, es Tzintzuntzan.

2009, ha sido declarado, por la ONU, el Año Internacional de la Astronomía; también del Gorila. Así como 2008, fue el de los Idiomas; y el 2003, del Agua Dulce.

Sus razones, básicamente porque: se busca estimular el interés general sobre la disciplina de la astronomía y, de la ciencia en general; ponderando el trabajo de la familia internacional de astrónomos, que trabajan por encontrar respuestas a preguntas fundamentales de la humanidad. Se intenta trasmitir, también, la emoción del descubrimiento personal en el universo, así como de nuestro lugar en él.

El IYA2009, celebra, igualmente, los avances fundamentales de Galileo, hace 400 años, al usar en 1609, el telescopio por primera vez, para observaciones astronómicas.

Galileo Galilei, de quien, nuevas investigaciones, refieren que no pronunció aquella frase que se le atribuye [Eppur si muove ‘y sin embargo se mueve’], cuando fue convocado por el Santo Oficio, en 1633, obligado a abjurar su teoría del movimiento de la tierra; construyó en 1609 su primer telescopio, que aumentaba los objetos seis veces, sin deformarlos.

Más tarde, desarrolla otros instrumentos que amplían la posibilidad de la imagen, descubriendo la naturaleza de la Vía Láctea, los anillos de Saturno y los satélites de Júpiter.

Con la cabeza llena de estrellas, Galileo, en honor de Cosme II de Médicis, su antiguo alumno y mecenas, gran duque de Toscana, no duda en hacer el juego de palabras ‘cósmica’, para denominar parte de sus descubrimientos.

Una vez que "el padre de la astronomía moderna", sentó las bases para el descubrimiento del universo, científicos de todo el mundo han continuado develando sus misterios. A inicios de la presente semana, por ejemplo, revelan que la Vía Láctea es 15 por ciento más grande y 50 por ciento más densa que Andrómeda. Ello representa que la Vía láctea deje de ser considerada hermana menor de Andrómeda, sino casi su gemela.

Los cuerpos celestes revelados en el cielo, han servido también como negocio. Una empresa que se anuncia como Registro Internacional de Estrellas, supuestamente vende estos cuerpos luminosos. El kit –básico- que contiene un mapa con los datos de la estrella, determinándose la constelación a la que pertenece, sus coordenadas, magnitud y número científico, una carta de felicitación a la persona homenajeada y un libro referido a cómo reconocer las estrellas, tiene un costo de mil doscientos setenta y cinco pesos mexicanos.

Esta fundación, que dice no tener fines de lucro, y no manejar perpetuidad, reconoce que no es legal comprar o vender estrellas, por lo que se manejan en los límites protocolares de la Unión Astronómica Internacional.

Puede ser romántica esta idea, como fraudulenta, porque el cielo es nuestro; es decir, de la humanidad, de ahí que no deba pagarse ningún precio por sentir una estrella propia. Además, la UAI es la única organización facultada para poner nombres a los cuerpos celestes, con criterios científicos internacionales, no comerciales.

Ver estrellas, pensar en estrellas, soñar con estrellas, en este año, dedicado a la ciencia que las nombra, las ubica y las comparte, hará que el tiempo difícil sea más llevadero.

Si miramos siempre en horizonte, veremos, tristemente, las zaheridas calles de Gaza, a Ucrania sin gas, a los ejecutados de México, la pérdida de empleos en el planeta entero; si miramos hacia el cielo, y en una estrella, que no lleve nuestro nombre en un falso bautismo, encontramos un titileo, sabremos que seguimos vivos para hacer algo.


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