lunes, 14 de junio de 2010

LA VIDA ES COMO UN HOSPITAL!



NOTA: Próximamente tendré buenas noticias para darte! Pronto podrás seguir de forma cómoda mis textos en Facebook, escuchar mi música, obtener mis reflexiones sobre la vida, etc. con un solo clik. El gran evento está cerca, te mantendré informad@...

Estos días he tenido la siempre desagradable -para mí- experiencia de estar en una clínica. Mi madre lleva unos días internada, por un problema de salud. Supongo que pasar horas tediosas en un centro hospitalario te permite reflexionar sobre la vida y, en mi caso, escribir sobre ella. De entrada, una clínica es donde confluyen nuevas personitas recién nacidas que llegan a este mundo, personas que padecen trastornos de salud de todo tipo y personas que acaban sus días en esta vida. Como en la vida misma, unos llegan y otros, se van!

Curiosamente mi madre, por la urgencia en ingresarla, está hospedada en la planta de recién nacidos. Para quien no lo recuerde, esa es una planta donde reinan sonrisas, plantas con peluches y flores frente a las habitaciones y, de vez en cuando, el llanto de los neo-natos reclamando la atención de sus madres. Por los pasillos de esta planta, hay abuelos sonrientes que rememoran el nacimiento de sus hoy adultos hijos, papás primerizos que deambulan arriba y abajo con esa cara de susto agradable, algunos niños-hermanitos contentos por la llegada de su nuevo compañero de juegos o su rival del trono… En todo caso, como en la vida, cada uno halla el sentido de su presencia en un hospital, por cierto, casi siempre involuntaria! Y es que a un centro hospitalario casi nadie acude voluntariamente. No conozco nadie que, aparte del médico y del personal sanitario, disfrute de un hospital, ni como paciente, ni tan siquiera como mero visitante… Su inconfundible olor, un cierto sufrimiento acumulado e impregnando las paredes y el carácter casi siempre involuntario de sus pacientes-usuarios logran una atmósfera especial, donde nadie es quien es y todos somos iguales!

Ahora y aquí pienso que una clínica es como la vida! Nadie te preguntó para traerte a ella, no estás solo por placer y siempre hay algo de sufrimiento inevitable y, para bien o para mal, las personas –compañeros de fatigas o los visitantes- entran y salen, sin previo aviso. Én una clínica, como en la vida, cada cual es como es, con sus debilidades y sus fortalezas, por acompañado que uno esté, todos nos sentimos solos frente a nuestro destino... y podemos llevarlo con una sonrisa de esperanza o bien con sufrimiento, hasta que nos den el alta médica o nos saquen con los pies por delante!

Te recuerdo que ya está a tu disposición en Internet el primer libro del Blog Contigo Mismo, una recopilación de los artículos publicados y que ya no están en el Blog.






 

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