miércoles, 4 de febrero de 2009

LA AMISTAD, ¿SOLO UN AMOR DE SEGUNDA CLASE?



Hay un sentimiento que recibe un trato injusto de la gente. Es la amistad. Sin duda la amistad es un integrante de pleno derecho en el amor humano. Pero hay quien lo vanaliza o lo considera un amor coartado en su fín.

Al amor todos lo buscamos desesperadamente, sin embargo la amistad nos la encontramos en cada rincón de nuestra vida y la consideramos injustamente "un plato de segunda mesa" en nuestra vida soñada. Para mí, la amistad es la necesaria premisa del amor sentimental. En ella debe haber, igualmente, respeto, comprensión y amor mútuos, aunque a diferencia del amor "romántico", no es exclusivo ni excluyente. Y la amistad, como al amor romántico, hay que trabajarlo a diario, aunque aparente y erróneamente, parezca que no afecte a nuestra vida más inmediata. La amistad, como el amor, genera felicidad, por qué negarlo! Y está mucho más alla de lo que algunos psicólogos y sociólogos afirman, relagándolo a una simple función social y conveniente del individuo socializado.

Tenemos la mala costumbre social de vanalizar la amistad, denominando amigo a cualquier relación con un simple conocido. Y un amigo es mucho más que eso, es alguien a quien escojemos para formar parte de nuestra vida. La amistad es, necesariamente, recíproca, proactiva, enriquecedora y puede cambiar y transformarse en el tiempo compartido. Aunque nos sea cómodo ponerle límites, en sí tiene los que queramos adjudicarle, ni más ni menos. La amistad no es un sustituto temporal de nada, ni un intermedio entre una relación sentimental y otra, como muchos consideran. La amistad -para mí, al menos- tiene la virtud de hacernos crecer como personas, nos permite comunicarnos, intercambiar experiencias y, sobre todo, sentirnos mutuamente admirados, entendidos y orgullosos de compartir ese gran -y denostado- sentimiento entre dos personas.

La amistad está poblada de tópicos sociales que la enmarcan y la menosprecian. Para muchos, es un amor de segunda clase o una coartada para no amarse románticamente o no entregarse mutuamente a un deseo posiblemente compartido; para otros, es un imposible entre uno hombre y una mujer que se quieren, pero de forma no exclusiva ni necesariamente eterna, ni excluyente; para otros muchos, es una manera de denominar a un conocido o a un colega; para algunos, incluso, un interés compartido... En fín, que infrautilizamos la palabra amig@ para encubrir nuestros anhelos, nuestras carencias o nuestros intereses personales más ocultos.

Aquí tienes la opinión que da un experto de las relaciones humanas, aunque particularmente creo que cada uno vive la amistad como sabe, puede y quiere... o, simplemente, como vive su propia vida! Reflexiona y opina tú mismo!




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