martes, 10 de marzo de 2009

¿MICROINGENIERÍA SOCIAL?



Curiosamente, una referencia al individuo en este mundo loco, impersonal y globalizado. Claro que no habla de ser humano o persona, sino de "individuo", es decir, alguien sin identidad, sin alma. Esta vez es la exaltación del individuo y no la de la colectividad, el famoso bien colectivo. Pero se promueve desde su incapacidad de decidir por sí mismo, alterando y provocando decisiones convenientes y espontáneas, modificando costumbres y hábitos psicológicos ocultos y ajenos, carentes de decisión propia.

Algo me dice que cuando la sociedad -o sus actores, los políticos de turno- requiere de la participación de los individuos, no es para hacerlos fuertes, individuales y con criterio para decidir sobre su vida. Y es que la Psicología -así como la ciencia en general- se deja comprar para ayudar a manipular al ser humano que, siendo él mismo, se convierte en una amenaza o en un peligro para el Sistema. La conciencia personal no entiende de los logros colectivos de los que los políticos hablan. Muchos de ellos no hacen más referencia que a los altos costes que supone mantener el órden y el concierto entre personas dispares.

Pero la persona, por definición única, indivisible e irrepetible es algo temido por casi todos. Si, en cambio, ésta está "alineada" y cede su protagonismo ante el bien colectivo y humano -curiosa y malévola paradoja-, se convierte en algo fácil de dirigir y de controlar. Así, los dogmas del tipo que sean (sociales, políticos o religiosos) se convierten en eficaces formas de dominio, donde no caben las cotidianas dudas humanas, ni las posibles rebeliones interiores. Así, el individuo simplemente obedece y cede su protagonismo al otro, al que le gobierna... renunciando, al tiempo, claro está, a su propia capacidad de ser, decidir y vivir por él mismo. Ni que decir tiene que el coste en insatisfacción, ceguera e infelicidad es altísimo... por no hablar de la falta de sentido de la vida que eso le impone. Las consecuencias son claras: una sociedad formada por individuos cada día más vacíos, que viven una vida monótona, previsible y excesivamente controlada!¿A eso podemos llamarle libertad?

El ser humano es individual y debe responder a su interior, a su conciencia personal -si queremos admitirlo- mitad humana y mitad divina. Porque, como ser humano, formamos una parte necesaria e indivisible del Cosmos y, por ello, también de la Humanidad, que no es más que el conglomerado de seres personales, únicos e intransferibles unidos por un mismo sentido y devenir de la vida. Pero es la aportación específica de cada uno de nosotros lo que otorga riqueza, dimensión y contenido al Cósmos (o a Dios, si crees en Él), a partir de la vital aportación de esos talentos que cada uno de nosotros tenemos y engrandecemos con nuestra experiencia de la vida. Todo eso aporta sentido, diversidad y tolerancia a nuestra vida, pues requiere de esa pluralidad basada en la individualidad de cada ser vivo, de minúsculo habitante de la Tierra. Eso nos une realmente a todos los seres humanos, pero respetando, comprendiendo y amando las diferencias.

Lo otro, el bien colectivo o la Única Vía (ya sea social, política o religiosa) logran lo contrario, es decir la homogenización y la paulatina desaparición de la individualidad en aras de un mayor control y, sobre todo, de la cesión de nuestro derecho inapelable a ser libres y decidir por nosotros mismos, a cambio de huir de nuestra responsabilidad como seres humanos. Ya sea que le llamemos bien social, dios o ideario político, estamos regalándole nuestro ser y nuestra libertad personal... ¿a cambio de nuestra sensación de control o seguridad? ¿Y eso nos aporta Felicidad?

Aquí tienes un artículo interesante sobre la filosofía Nudge, al parecer seguida por la nueva y conveniente esperanza (mediática, claro está) de la humanidad, Obama. Es verdad que desaparece el término colectivo, país... y deja de prohibir, para fomentar sutilmente el buen comportamiento, pero no como decisión propia, sino como respuesta mimética y espontánea para garantizar el órden. Claro que en el país de los ciegos, el tuerto es rey...

Léelo y juzga por tí mismo.


OBAMA INSPIRA SUS POLÍTICAS EN LA FILOSOFÍA "NUDGE": AYUDAR AL INDIVIDUO

Obama inspira sus políticas en la filosofía 'nudge': Ayudar al individuo
Cass Sunstein, gurú del 'empujoncito', es el 'zar' de la política pública de Obama. Esta filosofía es eficaz en enseñanza y salud pública sin recurrir a la prohibición

Consciente de que los hombres no apuntaban con gran acierto en los servicios públicos holandeses, a un operario de la limpieza se le ocurrió una medida ingeniosa: dibujar una mosca en un punto determinado del orinal. Enseguida
se resolvió el problema: los hombres apuntaban hacia el insecto y los costes de limpieza bajaron.

Es un ejemplo gracioso pero no anecdótico de la filosofía nudge, que promueve "microingeniería social" mediante pequeños empujones (sería la traducción al español). La anécdota se incluye en el libro Nudge de Richard Thaler, economista de la Universidad de Chicago, y Cass Sunstein, el nuevo zar de política pública y regulación de la Administración de Barack Obama. Se trata de diseñar "arquitecturas de elección" para que las personas "modifiquen el comportamiento de forma previsible, sin necesidad de prohibición", explica Thaler.

Un éxito de ventas en EE.UU., que saldrá en castellano y catalán en el mes de mayo, el libro es el manifiesto de la escuela ascendente de economía de comportamiento, muy influyente en la Administración Obama. Los empujoncitos que se proponen van desde cuentas de ahorro automáticas para asalariados hasta bombillas que brillan con más intensidad conforme crece el consumo de energía, pasando por seguros médicos que regalan premios a quienes hacen ejercicio o se alimentan de forma saludable u otros programas (véanse los recuadros).

Todos están basados en la necesidad de corregir, sin recurrir a prohibir o forzar, comportamientos irracionales que ni cumplen con los deseos del mismo individuo. Quizás no es el cambio revolucionario que muchos querían de Obama, pero la filosofía del empujoncito da resultados en sanidad, enseñanza y más ámbitos, insiste Thaler.

"Muchas veces no sabemos qué queremos", asegura a La Vanguardia.Hay un sesgo psicológico a mantener el statu quo,así si se incluye por defecto un plan de pensiones en el contrato laboral es más probable que el trabajador lo mantenga que si debe contratar uno. Existe también un efecto rebaño,y programas medioambientales, sociales o solidarios son más eficaces si incluyen información sobre los vecinos, agrega. "Logras mucho con presión social - dice Thaler-.Se trata de usar un poco de psicología para que las cosas funcionen".

Thaler, que asesoraba la campaña de Obama, es uno de los veteranos de la economía de comportamiento, consistente en incorporar psicología, sociología, derecho y otras disciplinas a la teoría económica y cuyo cuartel general es la Universidad de Chicago donde Obama daba clases de Derecho. "En Chicago no tenemos excrementos de perro en las calles gracias a políticas diseñadas para amplificar la sensación de vergüenza", indica Thaler.

Obama ha incorporado a varios expertos en economía de comportamiento a su equipo, entre ellos Sunstein, Alan Krueger y Peter Orszag. Y James Heckman, otro referente, diseñó el programa de enseñanza del nuevo presidente, que enfatiza la enseñanza preescolar.

Thaler y Sunstein califican su filosofía de "paternalismo libertario". Rechazan la idea dominante en las ciencias económicas de que la política pública debe limitarse a elevar el número de opciones y dejar que el individuo decida por medio del mercado. Puede existir lo que el sociopsicólogo Barry Schwartz calificaba de "tiranía de las opciones infinitas". "A veces, nuestra elección es no elegir", sostiene Thaler. Pero rechazan también que, salvo en casos claros del bien común, el estado deba decidir por los ciudadanos. Los economistas convencionales estudian "individuos que jamás tienen problemas de autocontrol", añade. "Nosotros estudiamos seres humanos".

Ya se ve la influencia del principio nudge en el nuevo presupuesto de Obama, señala Thaler, porque obliga a empresas a crear planes de pensiones de participación automática (con opción a no tenerlos). "Muchos tenemos la intención de hacer cosas pero sin un empujoncito no las hacemos", señala el economista. Obama podría incorporar esta opción por defecto a su reforma sanitaria.

La influencia de nudge sobre Obama es otro ejemplo de que tras de la retórica de cambio del joven presidente hay un pragmatismo bastante conservador. Lo cierto es que esta filosofía tiene tantos adeptos en las filas republicanas como demócratas. Cuando el libro salió en EE. UU. el año pasado se convirtió en materia de lectura imprescindible en la Administración Bush. "En Washington la filosofía importa un bledo; si se puede usar un poco de psicología para que las cosas funcionen mejor, ¿quién va a oponerse?", dice Thaler.


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