lunes, 11 de mayo de 2009

LA AUTORIDAD... ¿IMPUESTA O GANADA?



Hoy te traigo un "recorte" de una entrevista a un ilustre hombre de negocios y reputado mandatario español, Ricardo Fornesa, 77 años, presidente de honor de la corporación financiera Criteria, ex presidente de La Caixa y de Aigües de Barcelona. Pero reproduzco solamente un par de preguntas de la mencionada entrevista, pues creo interesante lo que dice del concepto de autoridad en el ámbito profesional, aunque en este caso yo desee extrapolarlo al siempre más interesante terreno personal.

No voy a discutir aquí si en el terreno profesional es como dice el señor Fornesa o no, aunque a mi me parece más una manifestación de intenciones que una realidad empresarial, después de mi dilatada experiencia trabajando como consultor en numerosas empresas de todo tipo, sector y dimensión. Pero me gustaría utilizar sus sabias afirmaciones, en el terreno personal. Creo que la autoridad no se impone, sino que es fruto de ganarse el respeto de quienes nos rodean, ya sea nuestra pareja, hijos o amigos. Y eso tan evidente, no es siempre una tarea fácil! En nuestra sociedad actual -a pesar de lo manifestado por Fornesa- la autoridad no solo tiende a imponerse, sino que es una virtud para quien impone su liderazgo de esta manera; evidentemente, no es la manera, pues conseguir y mantener ese falso tipo de liderazgo es una cuestión de tiempo, depende de la coyuntura y, sobre todo, provoca inquietud en el presunto aspirante a lider. Recuerdo haber trabajado durante un tiempo en una gran corporación pública, en la que su máximo responsable -instalado en su mejor nivel de incompetencia personal- nunca fue capaz de ganarse la autoridad de sus miles de empleados más que ha "baquetazos" y con oscuras tramas de pasillería empresarial, lo que no le evitaba sentir su verdadera debilidad personal y su evidente falta de apoyo en la organización, además de la tensión que le provocaba la siempre posible rebelión a sus espaldas. Sin duda, nunca fue un lider, aunque el organigrama y la jerarquía lo avalasen como tal y le mantuvo en su cargo hasta que fue súbitamente despedido... No era un líder, simplemente! Y como este caso, hay demasiados en este ámbito profesional y empresarial!

Pero, en la vida personal nuestra, las cosas no son muy distintas, lamentablemente! Muchos de esos aparentes lideres profesionales llevan esa vanidad y sus carencias personales a su hogar, en la que sus súbditos son el consorte y los hijos, si los hay. No es de extrañar, pues los valores autocráticos, basados en la imposición, la falta de transparencia y de honestidad personal y, sobre todo, el poder absoluto son elementos importantes en nuestra sociedad, inculcados desde la cuna para garantizar la permanencia de un sistema irracional y poco humano, además de poco solidario! Así tampoco es sorprendente el papel desmesurado y arcaico del "pater familias", normalmente basado en el dominio -por qué no admitirlo, mayormente económico- y el liderazgo mal entendido; de ahí al maltrato "por disciplina doméstica", un paso, pues el presunto dominador hace todo lo posible para preservar su control y su poder, en vez de ganarse el respeto de los que conviven con él, lo que, a largo plazo, supondría el deseado respeto mutuo y la verdadera cohesión familiar. Solo hay que ver lo que sucede cuando, por cualquier razón o circunstancia, desaparece tal figura o personaje... La familia prevalece y, aún diría más, aunque en los primeros momentos se sienta desvalida ante la nueva situación -afortunada, qué duda cabe-, con el tiempo, logra reconstruirse y hallar la cohesión real que, anteriormente, nunca se había logrado! Así, muchas mujeres y madres e hijos que, en estas situaciones aparentemente desoladoras, recuperan su entidad personal... y, lo que es mejor, se estructura el nuevo hogar en base a la necesaria transparencia, la sensibilidad humana y la participación de todos los miembros integrantes de la familia.

Aunque, dicho lo dicho, habrá que admitir que en estas situaciones -como en tantas otras- en las que reina el liderazgo autoimpuesto, es necesario que se de la sumisión, también auto impuesta. Y ese es un tema en el que no voy a entrar aquí y ahora. Solo recordarte que uno vive -o padece- lo que éste (se) permite vivir o padecer! Y ser consciente de ello es el primer paso para resolverlo...

Aquí tienes las palabras de Fornesa en La Contra de La Vanguardia, hablando del liderazgo y la autoridad en la empresa. Trasládalas a tu vida personal, ya sea con tu pareja, tus hijos -si los tienes- o tus amistades. Verás que no son dos realidades tan distintas...


Y ha mandado usted mucho.

Siempre he tenido muy claro que mandar no es conseguir el cargo sino el respeto de tu equipo, y mantener el poder no es mantener la silla, sino ese respeto.

Autoritas versus potestas.

En realidad, el poder puedes lograrlo tú, pero la autoridad que lo legitima te la confieren los demás mientras admiten tu capacidad de transmitir ideas y criterios de actuación, consiguiendo su aceptación. A mayor aceptación, mayor capacidad de liderazgo.

Rara habilidad, me temo.

Pero imprescindible, porque sin ese respeto de tu equipo por tu visión colectiva acabas concentrado en tu propio interés y, al final, corrupto. Y acaban echándote.

Sí, pero a veces te toca cada equipo...

A mí siempre me han respondido. Lo que no soporta nadie - yo menos- es la palabrería para disfrazar la ambición personal.


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