lunes, 25 de mayo de 2009

MERECES UNA NUEVA OPORTUNIDAD



Estos días, por una causa u otra, todo el mundo anda algo revuelto. Ya sea por la crisis mundial que nos acucia -a unos más que a otros, claro está-, o por los cambios que nos trae la vida o por lo que sea en el ámbito personal, las cosas cambian, queramos o no admitirlo. Y ese cambio, no lo dudes nunca, es una nueva y flamante oportunidad para buscar alternativas a esta vida que vives.

Si te preguntara si eres feliz y si estas satisfecho con lo que vives cada día, tal vez -en una primera instancia- afirmarías contundentemente que sí; si volviera a preguntártelo de nuevo, posiblemente ya dudarías algo, aunque acabaras ratificándome tu estado actual de felicidad; pero en una tercera pregunta, ya me dirías que bueno, que sí, "que vas tirando como puedes" e intentando sacar lo mejor de tu vida día a día... Es un hecho: la gente no es feliz con su vida! Claro que pocos tienen el valor de reconocerlo y, mucho menos, de hacer algo para solucionarlo!

Y son precisamente estas épocas de cambios inesperados y de revolución interna cuando uno debe aprovecharlos para reconducir su vida hacia la felicidad! Así, quedarse sin empleo, sufrir una ruptura sentimental, cambiar subitamente nuestro entorno de confort, etc. se convierten en oportunidades únicas para encontrar la felicidad, aprovechando esas nuevas circunstancias que nos brinda la vida, cada día! Vés un poco más allá de intentar reestablecer el equilibrio roto, no mandes currículums de tu vida pasada y, en cambio, ahonda más que nunca en tu interior en busca de tus pasiones más escondidas! Niégate a vivir de nuevo lo que ya has estado viviendo y busca nuevas razones para vivir una nueva vida, aunque tenga poco que ver con la vivida hasta hoy. Dentro tuyo está la felicidad y el cómo vivirla! Piensa si hasta ahora solo has estado viviendo lo que te tocaba y si todo eso sigue siendo válido para ti y los tuyos, ahora! Porque si no ha sido así, posiblemente has estado perdiendo demasiado tiempo en tu vida de esta manera, sin preguntarte qué merecías, que esperabas realmente de ella... o sin tener el valor para cambiarla!

En la Biblia hay un concepto que siempre me ha dado que pensar: el llamado Juicio Final, en que presuntamente el Todopoderoso y Omnipresente Dios, una vez finalizada nuestra vida aquí en la Tierra, nos pregunta y nos juzga por lo que hemos hecho o no en ella. Particularmente no creo en ese dios autocrático e implacable juez, pienso más bien en un Dios de amor que siempre y en todo momento quiere lo mejor para nosotros, aunque espera que ejerzamos nuestra propia libertad humana para lograrlo! Y es en ese presunto juicio final donde se nos preguntará sobre qué hemos hecho en nuestra vida para ser felices de verdad. Muchos -o casi, una mayoría- podrán responder que han hecho lo posible para ser buenos y querer a los demás; otros, en cambio, no sabrán qué contestar, después de haber dedicado su vida y su tiempo al presitigio, a enriquecerse o a ser el mejor en algún sentido; otros, no obstante, dirán no haber tenido suficiente tiempo para vivir su propia vida, habiendo siempre postergado su felicidad a un mejor y soñado momento venidero; solo algunos pocos podrán afirmar haberse querido lo suficiente a ellos mismos como para poder querer a los demás tal y como se merecen... "amando al prójimo como a ellos mismos"! Qué duda cabe que solo estos últimos pasarán el personal exámen de su vida frente a un Dios que no busca nada más que nuestra felicidad personal e intransferible y que confía en la libertad y el valor de cada uno de nosotros para tomar las oportunas decisiones que nos conduzcan a la felicidad! Y es que, para mi Dios, la felicidad en esta vida es un deber y no tan solo un derecho, entendiendo esto como algo a lo que tengo que llegar, a pesar de los pesares - o, mejor, gracias a éstos- y que depende exclusivamente de mí; no es algo que toca vivir, ni que nos viene dado desde fuera y gratuitamente! Pero no esperes encontrar la felicidad buscada en un gran y único día, no esperes guirnaldas ni himnos a su llegada, anunciándose a los cuatro vientos... búscala más bien en los pequeños y aparentemente irrelevantes momentos de tu vida ordinaria, en cualquier contexto y ante cualquier circunstancia que vivas, por insignificante que sea... La Felicidad está ahí, junto a ti en cada momento, en tu interior y no en alguien más... solo debes aprender a verla, dejar que se manifieste en tu vida y permitirte vivirla intensamente! Sí, puedes tomarte algún tiempo para prepararte para su llegada, revolviendo y archivando tus recuerdos y experiencias pasadas, tomando las lecciones que te trajeron cada una de ellas y, sobre todo, aprendiendo a estar atento a su sutil pero persistente llamada desde tu interior...

Alguien dijo que el sentimiento de felicidad es inversamente proporcional a la energía que gastamos en buscarlo. En otras palabras, cuanto más buscamos la felicidad, menos la encontramos! No gastes demasiado tiempo en trazar tu propia idea de Felicidad y tu personal camino, seguramente no es tan especial... en el fondo, todos buscamos lo mismo en nuestra vida, aunque le cambiemos los nombres o las circunstancias que juzgamos idóneas! Vívela como viene y, si tienes el privilegio de ver que cambia tu vida subitamente y sin previo aviso, quizás es una señal -al fin- de que tu merecida felicidad está muy cerca tuyo...

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