lunes, 8 de junio de 2009

¿AMOR O AMISTAD?



Ayer mismo, un amable lector de Brasil, añadía este precioso verso en los comentarios de este Blog. Ya alguna vez había tratado este tema de la amistad y el amor... pero, tal vez ¿no son dos visiones de una misma cosa?

Cuando pienso en estos temas y en tantos otros de nuestra vida, siempre acabo concluyendo que el ser humano tiene la mala costumbre de crear disyuntivas, enfrentar siempre alternativas. "Tú o yo", en vez del "Tú y yo" que decimos buscar! "Amistad o amor", en vez de "amistad y amor". Como suelo decir, la mente humana es dual y no entiende de la integración de los opuestos, a pesar de que la vida está llena de contrastes -luces y sombras- y son, precisamente, estos contrastes los que dan consistencia al Todo. Pero, en contra de esa concepción total de la vida, ya desde pequeños se nos enseña a elegir una de las dos alternativas planteadas... como si pudieramos diseccionar o clasificar cualquier vivencia en dos alternativas. Así, desde niños y hasta una cierta edad, nos enseñan a dividir el mundo en dos partes, a buscar las dos alternativas, para luego escojer una de ellas -sin duda, la buena- y así se nos premia por nuestra sabia capacidad de elección y de decisión. Bueno-malo, amor-odio, divino-humano, correcto-incorrecto, norte-sur, policía-ladrón, papá-mamá, cielo-infierno... forman parte de nuestro paraíso personal y vivir bien es no equivocarse en la elección de los opuestos! Así, en nuestro mundo inmaduro, infantil y plano todo es posible, pero cada cosa tiene su valor y nuestro mérito consiste en saber elegir lo único bueno posible. Así, "bueno o malo, verdad o mentira, justo o injusto, moral o inmoral, amor o amistad... aparecen constantemente como alternativas que exijen una rápida y acertada elección nuestra; podríamos afirmar que se trata de un mundo fácil, donde la verdad o la felicidad dependen de tal -diametralmente opuesta- decisión, con lo que nuestras posibilidades de tener éxito o fracasar en las decisiones son siempre del 50%. Mente dual para vivir una vida igualmente dual... pero irreal!

Pero, desde siempre he dicho que la madurez consiste en darte cuenta de que, en la vida, las cosas no son siempre como parecen y que, según el momento y la situación, las alternativas ante una decisión no siempre son dispares, enfrentadas y excluyentes, sino una media entre ambas o, según como, la unión de ambas. Porque la vida es cambio constante -mira sino el cielo y busca dos momentos, alternativos o sucesivos, iguales o contrarios- y negarlo hace que perdamos de vista toda su amplitud y riqueza de matices; como efecto inmediato y práctico, a la que la vida nos expone una situación determinada -por ejemplo, la misma vida o la muerte- en la que no nos permite elegir entre "la mejor o la peor", todo se nos desmorona y nos sentimos desorientados en nuestra mente dual, controladora y limitada. Así, en la verdad de la vida, amor y amistad, bueno y malo, felicidad e infelicidad, humano y divino, etc. son conceptos que no deben ir necesariamente en dirección opuesta, sino muchas veces caminan de la mano; tratar de definirlos para elegir entre uno de ellos es limitarlos y, a la vez, negarlos a ambos. No entiendo el amor -en este contexto, me refiero al amor romántico- sin esa dósis de amistad que, necesariamente, conlleva; para no desvariar o no equivocarnos, pondremos límites entre uno y otro... hasta tal punto que los confrontaremos hasta convertirlos en incompatibles, lo que nos hace sentir más seguros y confortables! Pero la vida real no exije que hagamos esa elección, sino que estemos permanentemente atentos a lo que vemos y sentimos en cada momento y ante cada persona concreta... y entendiendo así, que la vida es eso, precisamente el contraste constante y posiblemente la sabia unión de ambas alternativas.

Así, sin duda, viviríamos una vida plena, sin riesgo a equivocarnos entre dos opciones igualmente válidas, pero sin esa obsesión por enmarcar y decidir una de nuestras vivencias, situaciones o personas de nuestro entorno. Al hacer la foto instantánea del momento o la persona para tomar una decisión acertada, la imagen saldrá -necesariamente- movida, pues la vida no permanece quieta ni un solo instante, mal que nos pese y nos cree un cierto vértigo. Seguramente para evitar esa incertidumbre de la mente solo se puede estar muy atentos a lo que realmente sucede, vivir los sentimientos que genera en cada instante y, sobre todo, tener fe en que, lo que se nos ofrece en la vida, nunca va en contra nuestra! Así, amor-odio, justicia-injusticia, felicidad-infelicidad, yo-nosotros, amor-amistad... siempre forman parte de nuestra vida y nos ayudan a ser como somos y, sobre todo, a ejercitar el privilegio de la libertad de experimentarlos para crecer y aprender, viviendo una vida más plena... aunque, en un momento dado, tengamos la necesidad de decidir y vivir lo que realmente nos merecemos!Posiblemente vivir la vida con el amor que creemos merecer no es otra cosa que tener el valor de cambiar la "o" de la falsa disyuntiva y ser capaces de convertirlo en esa "y" que la vida nos regala!


Aquí el precioso texto de Shakeespeare, difrútalo...


"Le pregunté a un hombre sabio,
la diferencia que había
entre el amor y la amistad,
me dijo la verdad ...
El amor es más sensible,
la amistad segura.
El amor nos da alas,
Amistad a la palabra.
En el amor hay amor,
La amistad en la comprensión.
El amor es plantado
y cultivadas con esmero,
La amistad es las mejillas,
y el intercambio de alegría y tristeza,
se convierte en un gran y querido
compañero.
Pero cuando el amor es sincero
viene con un gran amigo,
y cuando la amistad es de hormigón,
está lleno de amor y afecto.
Cuando usted tiene un amigo
o una gran pasión,
ambos coexisten sentimientos
dentro de su corazón ".

William Shakespeare


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