Mi amiga Silvia me hace llegar este texto en que se explica el contenido del Día del Amigo, que se celebra tal día como hoy en su país, Argentina. En cuanto supe de él, le pregunté su significado, pues aquí en España no se celebra esta fecha ni tributo alguno a la amistad.
Creo que es importante la amistad. Y que merece celebrarlo, aunque sea por el consabido dicho "Quien tiene un amigo, tiene un tesoro". La mistad es la base de cualquier relación humana profunda y, particularmente, creo -y ya escribí sobre ello- que es parte consustancial del amor llamémosle romántico, además de ser en sí una clase de amor. Creo que la amistad exije amor correspondido y basado en el respeto mutuo, comprensión mútua y expresión de ese sentimiento común. No voy a entrar aquí y ahora en los límites -puestos o impuestos- de la amistad y el amor romántico como tal. En cambio desearía insistir que la amistad no es un amor de segunda clase!
La amistad dota a la relación humana del sentimiento oportuno y compartido, en esto, necesariamente denominador común al llamado amor romántico. Y más allá de los tópicos matices diferenciadores y convencionalmente exclusivos del amor, como la atracción física, la exclusividad, el sexo, el deseo compartido y un proyecto de vida común -que siempre son fáciles de cuestionar-, creo que en el amor ambos partícipes se comprometen a ser protagonistas de la felicidad del otro y no meros espectadores, como en la amistad. Claro que ese papel auto asumido puede ser temporal o bien cambiar con el tiempo hacia otra clase de amor. Sé que es una sutileza la distinción que hago, pero es como la siento yo y la expreso con palabras en estos momentos y desde hace ya tiempo. La amistad nos invita a participar de la felicidad del otro, pero sobre todo a ser privilegiado espectador de ella. En cambio, para mí, el amor es esa creencia -lamentablemente no siempre compartida o en el mismo momento- de ser protagonista principal de la felicidad del ser amado.
Evidentemente, hay que admitir que la felicidad de cada uno de nosotros es un derecho -cuando no, un deber- de uno mismo consigo mismo y que surje siempre de dentro a fuera y no al revés, como comunmente se cree; no obstante el que alguien amado se sienta protagonista de nuestra felicidad es lo que entendemos por amar a alguien. La felicidad personal e intransferible es cosa de cada uno y, repito, no debe buscarse fuera de uno mismo, pero que alguien querido descubra su vocación de hacernos felices es un privilegio exclusivo y, necesariamente, recíproco. Y seguramente esa vocación no hace más que facilitar los medios para que ese ser amado nuestro se encuentre "antes y mejor" consigo mismo y llegue a hacerlo "a pesar suyo", porque fluya sin esfuerzo. Pues, no hay que olvidar que la capacidad de cada uno de conocer su esencia interna -humana y divina- es imposible sin contar con el amor sincero a uno mismo, a la vez que la necesidad de darse enteramente al otro, al ser amado. Muchas veces es tan solo la voluntad y el firme propósito de lograrlo ambos al unísono, lo que garantiza que ese amor nazca y dure toda la vida, creciendo cada día, simplemente porque la vida cambia constantemente, así como nuestros sentimientos y sensaciones profundas ante ella.Por ello el amor necesita, entre otras cosas, atención permanente sobre uno mismo y sobre el otro!
Lamentablemente la gente actúa frente al amor o la amistad de diferente manera. Suele hacerse -como todo en nuestra precaria vida racional y cotidiana- desde la mente dual y limitada, lo que trae consigo que, tanto el amor como la amistad, se definan más por lo que no son que por lo que sí son en realidad! Para muchos, la amistad es amor sin sexo. O amor es amistad con sexo, qué más da. Pero para una mayoría, el amor no necesita de la amistad para serlo! Son dos caminos excluyentes! Pero aún considerando al deseo como una distinción evidente -cuando tampoco es algo suficiente-, basta observar la cierta -e inexplicable- decadencia del sexo a una edad avanzada para entender que aún puede persistir el amor, aunque más basado en la ternura, el cariño o la comunicación sincera y permanente, entre otras miles de cosas. Es por eso que explico lo del protagonismo o lo de ser espectador, como diferencia fundamental entre el amor y la amistad. Claro que para ello hay una premisa importante: el amor no puede ser si uno antes no asume la responsabilidad -o sea, el protagonismo- de su propia vida, es decir, el respetarse, conocerse y amarse a uno mismo por lo que es. Solo después de eso -o gracias a ese camino compartido, paralelo y mutuo con el ser amado- es posible llegar al amor y, con el, conquistar la felicidad compartida día a día.
Aquí tienes el mencionado texto que esxplica el Día de la Amistad. Difrútalo!
El Día Internacional del Amigo es una celebración ecuménica, que nació de la inquietud de un pensador argentino, el Dr. Enrique E. Febbraro, que sentía que era necesario una celebración de las virtudes más altas del ser humano.
En el año 1968, la carrera por alcanzar el sueño de la conquista del espacio llegaría en pocos meses más a su punto culminante, pues hacía tiempo que el hombre había comenzado a derribar barreras e iba produciéndose un acercamiento universal.
Este vertiginoso afán por trasponer las fronteras de la tierra y llegar a los confines del universo hacía que los hombres necesitaran cada vez más acercarse hacia otros hombres de ideologías, credos o razas diferentes, para lograr objetivos comunes (¡siempre es más fácil hacerlo en equipo!).
El objetivo concreto era llegar a la luna, y muchas personas tomaron conciencia de que la unión con sus semejantes los ayudaría a lograr más rápidamente el objetivo, ya que esta conquista había acaparado la atención y el interés de todos los seres humanos.
Este trabajo de los hombres unidos para conseguir la meta deseada, fue la fuente inspiradora de una persona que se encontraba en algún rincón del mundo, más precisamente en un lugar llamado Lomas de Zamora, en la República Argentina: Enrique Febbraro, Doctor en Odontología, Profesor de Historia y Ética, no quiso dejar de honrar este esfuerzo de la humanidad toda, ya que el hombre estaba construyendo una alianza sin fronteras y comenzaría a establecer vínculos de amistad entre todos los seres de la tierra.
Para concretar su homenaje, solicitó la colaboración de algunos amigos y personas cercanas a su pensamiento, y formó un equipo que trabajó durante un año sobre esta idea, bajo un concepto innovador: 'Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. Él me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer'. Fue así que, como corolario de su tarea, instituyó el 20 de Julio de 1969 como el 'Día Internacional del Amigo', en coincidencia con la llegada del hombre a la luna.
A partir de allí comienza un largo peregrinar del grupo de Dr. Febbraro, para difundir la idea y lograr el consenso necesario para celebrar el Día del Amigo. Su tarea se llevaba a cabo con un lema: 'UN PUEBLO DE AMIGOS ES UNA NACION IMBATIBLE', y destacaban que sería una celebración ética, sin fines de lucro ni de fomento al consumo.
¿Cómo se hace un amigo? ¿Dónde se lo encuentra? El profesor comentaba que en cualquier parte: en el bar, en la oficina, en otra ciudad, en aquel país, a la vuelta de la esquina, a través de Internet, viajando, entre los animales y las plantas, o en el mundo de las ideas. Sólo hace falta alguna disposición a amar, a escuchar, a comprender, a abrirse al otro, a dar, a sentir placer de compartir su dicha y de acompañarlo en su pena.
¿Cómo se conoce al amigo? 'Es fácil, porque no se lo ve, se lo siente', decía nuestro amigo Febbraro. También apuntó que 'Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. El me enseña, yo le enseño.
Buscó también a otras personas para popularizar su iniciativa. De esta manera se encuentra con Mirta Lancillotta Duarte, de la Provincia de Mendoza, Argentina, quien el 20 de Julio de 1988, funda el Banco Mundial de la Amistad, que se extiende actualmente por 82 países. La señora Duarte ha recibido numerosos premios y distinciones a nivel nacional e internacional, como continuadora de la obra emprendida por el Dr. Febbraro.
En países como Chile el día del amigo se festeja en otras fechas, en este caso en octubre
Creo que es importante la amistad. Y que merece celebrarlo, aunque sea por el consabido dicho "Quien tiene un amigo, tiene un tesoro". La mistad es la base de cualquier relación humana profunda y, particularmente, creo -y ya escribí sobre ello- que es parte consustancial del amor llamémosle romántico, además de ser en sí una clase de amor. Creo que la amistad exije amor correspondido y basado en el respeto mutuo, comprensión mútua y expresión de ese sentimiento común. No voy a entrar aquí y ahora en los límites -puestos o impuestos- de la amistad y el amor romántico como tal. En cambio desearía insistir que la amistad no es un amor de segunda clase!
La amistad dota a la relación humana del sentimiento oportuno y compartido, en esto, necesariamente denominador común al llamado amor romántico. Y más allá de los tópicos matices diferenciadores y convencionalmente exclusivos del amor, como la atracción física, la exclusividad, el sexo, el deseo compartido y un proyecto de vida común -que siempre son fáciles de cuestionar-, creo que en el amor ambos partícipes se comprometen a ser protagonistas de la felicidad del otro y no meros espectadores, como en la amistad. Claro que ese papel auto asumido puede ser temporal o bien cambiar con el tiempo hacia otra clase de amor. Sé que es una sutileza la distinción que hago, pero es como la siento yo y la expreso con palabras en estos momentos y desde hace ya tiempo. La amistad nos invita a participar de la felicidad del otro, pero sobre todo a ser privilegiado espectador de ella. En cambio, para mí, el amor es esa creencia -lamentablemente no siempre compartida o en el mismo momento- de ser protagonista principal de la felicidad del ser amado.
Evidentemente, hay que admitir que la felicidad de cada uno de nosotros es un derecho -cuando no, un deber- de uno mismo consigo mismo y que surje siempre de dentro a fuera y no al revés, como comunmente se cree; no obstante el que alguien amado se sienta protagonista de nuestra felicidad es lo que entendemos por amar a alguien. La felicidad personal e intransferible es cosa de cada uno y, repito, no debe buscarse fuera de uno mismo, pero que alguien querido descubra su vocación de hacernos felices es un privilegio exclusivo y, necesariamente, recíproco. Y seguramente esa vocación no hace más que facilitar los medios para que ese ser amado nuestro se encuentre "antes y mejor" consigo mismo y llegue a hacerlo "a pesar suyo", porque fluya sin esfuerzo. Pues, no hay que olvidar que la capacidad de cada uno de conocer su esencia interna -humana y divina- es imposible sin contar con el amor sincero a uno mismo, a la vez que la necesidad de darse enteramente al otro, al ser amado. Muchas veces es tan solo la voluntad y el firme propósito de lograrlo ambos al unísono, lo que garantiza que ese amor nazca y dure toda la vida, creciendo cada día, simplemente porque la vida cambia constantemente, así como nuestros sentimientos y sensaciones profundas ante ella.Por ello el amor necesita, entre otras cosas, atención permanente sobre uno mismo y sobre el otro!
Lamentablemente la gente actúa frente al amor o la amistad de diferente manera. Suele hacerse -como todo en nuestra precaria vida racional y cotidiana- desde la mente dual y limitada, lo que trae consigo que, tanto el amor como la amistad, se definan más por lo que no son que por lo que sí son en realidad! Para muchos, la amistad es amor sin sexo. O amor es amistad con sexo, qué más da. Pero para una mayoría, el amor no necesita de la amistad para serlo! Son dos caminos excluyentes! Pero aún considerando al deseo como una distinción evidente -cuando tampoco es algo suficiente-, basta observar la cierta -e inexplicable- decadencia del sexo a una edad avanzada para entender que aún puede persistir el amor, aunque más basado en la ternura, el cariño o la comunicación sincera y permanente, entre otras miles de cosas. Es por eso que explico lo del protagonismo o lo de ser espectador, como diferencia fundamental entre el amor y la amistad. Claro que para ello hay una premisa importante: el amor no puede ser si uno antes no asume la responsabilidad -o sea, el protagonismo- de su propia vida, es decir, el respetarse, conocerse y amarse a uno mismo por lo que es. Solo después de eso -o gracias a ese camino compartido, paralelo y mutuo con el ser amado- es posible llegar al amor y, con el, conquistar la felicidad compartida día a día.
Aquí tienes el mencionado texto que esxplica el Día de la Amistad. Difrútalo!
El Día Internacional del Amigo es una celebración ecuménica, que nació de la inquietud de un pensador argentino, el Dr. Enrique E. Febbraro, que sentía que era necesario una celebración de las virtudes más altas del ser humano.
En el año 1968, la carrera por alcanzar el sueño de la conquista del espacio llegaría en pocos meses más a su punto culminante, pues hacía tiempo que el hombre había comenzado a derribar barreras e iba produciéndose un acercamiento universal.
Este vertiginoso afán por trasponer las fronteras de la tierra y llegar a los confines del universo hacía que los hombres necesitaran cada vez más acercarse hacia otros hombres de ideologías, credos o razas diferentes, para lograr objetivos comunes (¡siempre es más fácil hacerlo en equipo!).
El objetivo concreto era llegar a la luna, y muchas personas tomaron conciencia de que la unión con sus semejantes los ayudaría a lograr más rápidamente el objetivo, ya que esta conquista había acaparado la atención y el interés de todos los seres humanos.
Este trabajo de los hombres unidos para conseguir la meta deseada, fue la fuente inspiradora de una persona que se encontraba en algún rincón del mundo, más precisamente en un lugar llamado Lomas de Zamora, en la República Argentina: Enrique Febbraro, Doctor en Odontología, Profesor de Historia y Ética, no quiso dejar de honrar este esfuerzo de la humanidad toda, ya que el hombre estaba construyendo una alianza sin fronteras y comenzaría a establecer vínculos de amistad entre todos los seres de la tierra.
Para concretar su homenaje, solicitó la colaboración de algunos amigos y personas cercanas a su pensamiento, y formó un equipo que trabajó durante un año sobre esta idea, bajo un concepto innovador: 'Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. Él me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer'. Fue así que, como corolario de su tarea, instituyó el 20 de Julio de 1969 como el 'Día Internacional del Amigo', en coincidencia con la llegada del hombre a la luna.
A partir de allí comienza un largo peregrinar del grupo de Dr. Febbraro, para difundir la idea y lograr el consenso necesario para celebrar el Día del Amigo. Su tarea se llevaba a cabo con un lema: 'UN PUEBLO DE AMIGOS ES UNA NACION IMBATIBLE', y destacaban que sería una celebración ética, sin fines de lucro ni de fomento al consumo.
¿Cómo se hace un amigo? ¿Dónde se lo encuentra? El profesor comentaba que en cualquier parte: en el bar, en la oficina, en otra ciudad, en aquel país, a la vuelta de la esquina, a través de Internet, viajando, entre los animales y las plantas, o en el mundo de las ideas. Sólo hace falta alguna disposición a amar, a escuchar, a comprender, a abrirse al otro, a dar, a sentir placer de compartir su dicha y de acompañarlo en su pena.
¿Cómo se conoce al amigo? 'Es fácil, porque no se lo ve, se lo siente', decía nuestro amigo Febbraro. También apuntó que 'Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. El me enseña, yo le enseño.
Buscó también a otras personas para popularizar su iniciativa. De esta manera se encuentra con Mirta Lancillotta Duarte, de la Provincia de Mendoza, Argentina, quien el 20 de Julio de 1988, funda el Banco Mundial de la Amistad, que se extiende actualmente por 82 países. La señora Duarte ha recibido numerosos premios y distinciones a nivel nacional e internacional, como continuadora de la obra emprendida por el Dr. Febbraro.
En países como Chile el día del amigo se festeja en otras fechas, en este caso en octubre
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