viernes, 24 de julio de 2009

"LA REALIDAD Y LA HISTORIA ES SIEMPRE ABIERTA, ES UN CONSUELO"



Una de las lecciones que más me costó aprender es que la vida no es buena ni mala, sino necesaria. Necesaria para aprender lo que debemos aprender y que depende de nosotros, que está abierta para que podamos ejercer nuestro inapelable derecho a ser libres y a escojer lo que queremos o no en ella. Ese es el humano privilegio de sentirnos responsables ante nosotros mismos y ante la vida que vivimos. Ese nuevo camino -recién iniciado por mí- hace de la vida algo bello, con sentido y no tan ajeno como antes creía, lo que invita a tener esperanza en lo que viene diariamente. Hay señales desde dentro que me indican el buen camino por donde paso, hay voluntad de seguirlas y hay confianza de que la vida me lleva exactamente a donde quiere que vaya. Y eso, al fin, no es más que amor por la vida, o lo que es lo mismo, confianza en mí y en la vida que merezco!

Pero el paso inmediatamente anterior a esta manera de vivir es perder el miedo a la vida, ese que todos tenemos inoculado desde la infancia. Darnos cuenta de que la vida no es algo tan serio ni tan ajeno como nos enseñaron en su día. La vida está hecha de contrastes y cada uno tiene su sentido... aunque no es siempre fácil saber encontrarlo y, mucho menos, tener el valor de admitirlo! Así, cualquier cosa que en ella suceda tiene su razón de ser y su momento, aunque no siempre coincida con nuestros planes mentales ni nuestra particular agenda! Solo hay que estar atentos!

Eso, evidentemente, invita a dejar fluir la vida tal y como viene y a tener la suficiente confianza (o amor, que es lo mismo) en ella y en uno mismo para vivirla cotidiana e intensamente! Porque nos llevará a la Felicidad, ni más ni menos!



Carmen Iglesias, catedrática de Historia de las Ideas Políticas y Morales. "Reírnos de nosotros mismos debería ser casi obligatorio". La Contra de La Vanguardia. IMA SANCHÍS - 22/07/2009
¿Edad?..., no me gusta que se catalogue a las personas por algo de lo que no son responsables, lo importante es lo de dentro.

Cuál es la mejor idea que ha tenido el ser humano?

El Estado de derecho y la igualdad de todos bajo la ley. Que prime el criterio del mérito personal sobre el del nacimiento es un gran invento, el invento del individuo.

¿Qué ideas le han abierto la mente?

Siempre recuerdo la impresión que me causó durante el bachillerato saber que el sistema solar y el propio Sol acabarían un día.

La finitud.

Y luego están los griegos, y una idea que está en todos, desde las tragedias hasta Platón y Aristóteles: el hombre es más fuerte que el destino. Estamos destinados a la mortalidad y aun así obramos como si fuéramos a vivir siempre, como si pudiéramos transmitir a los demás parte de nosotros mismos.

¿Y qué idea le ha abierto el corazón?

La empatía, tiendo a creer en la buena voluntad de los demás. Nietzsche definía la maldad de una manera que también me impresionó: "¿A quién llamamos malvado?", se preguntaba. "A quien procura siempre la vergüenza ajena", respondía. He procurado alejarme de ese tipo de personas.

¿Dónde ha visto mejor reflejada la empatía a lo largo de la historia?

De nuevo los griegos. Ya Homero en La Ilíada se pone en el lugar del vencido. Esa capacidad de distanciarse de uno mismo, de cierta autocrítica, no sólo es una actitud fundamental para relacionarse con los demás: lo es también en la ciencia, que no existiría si no fuéramos capaces de verlo todo con otra mirada distinta de lo que nos han enseñado, de los prejuicios.

¿Qué admira en los otros?

La inteligencia entendida como capacidad de comprensión unida a cierta bondad, la compasión en el sentido profundo del término, de ponerte en la piel del otro.

¿Lo practican los historiadores?

¿Por qué lo dice?

Porque se suele atribuir lo malo de hoy a errores pasados.

Confundimos la casualidad con la causalidad, y eso nos lleva a creer que lo sucedido era inevitable, y no lo era. La realidad y la historia es siempre abierta; es un consuelo.

A nivel personal, mucho...

Por supuesto, puedes construirte e intentar que tu vida sea en la medida de lo posible una obra de arte.

¿Sufrimos de pesimismo histórico?

Sí, en España solemos pensar que ocurrirá lo peor. Y si tiendes a pensar que todo va a salir mal, ocurre lo que en las ciencias sociales llaman "la profecía autocumplida".

¿Cuál de todos los tópicos españoles le llama más la atención?

Lo de las dos Españas, que se deriva de la falta de historia comparada con los demás países. Hay dos Españas, y tres y cinco, como hay seis Francias. Proyectar sobre el pasado los valores del presente, el presentismo, nos lleva a afirmar que este país no tiene arreglo. Hay quien piensa que la historia no es lineal, sino en ovillo o en espiral.

Pero no dejamos de repetirnos.

Cierto, pero al mismo tiempo hacemos saltos de vez en cuando. El duque de Mauri decía que ni en ovillo ni en espiral, en zigzag como los borrachos.

¿Qué nos enseña nuestra historia?

Qué España no es diferente, y que la historia no se puede contemplar en términos de pesimismo u optimismo, éxito o fracaso. Nunca hay ganancias absolutas, avanzamos por un lado, y eso crea una serie de problemas y retos.

¿El humano evoluciona o seguimos siendo el mismo mono peludo?

Creo que evoluciona moralmente, pero eso no quiere decir que se acabe con la barbarie. Ahí están los gulag, los Guantánamo y las miserias, pero por primera vez somos capaces de condenarlo, de tener conciencia del valor de la vida humana, pero es un criterio frágil que hay que ir manteniendo.

Para que no se repitan los totalitarismos denostamos las ideologías.

Se confunde idea e ideología. Los salvadores de patrias son siempre muy peligrosos porque creen que tienen la verdad. Mucha de la sentimentalidad religiosa que lleva a la gente a creer contra toda racionalidad se ha traspasado a veces a la política, que llega a sistemas totalitarios cuando intenta penetrar en el interior de las conciencias.

Papá Estado.

Las ideologías como visiones del mundo hay que desecharlas, pero no las convicciones y las ideas, aunque siempre hay que contrastarlas con los demás.

Con el poder hay que ser crítico.

Exacto, y no hay que temer al conflicto si se cuenta con las instituciones necesarias para resolverlo con cierto consenso. La paz de los cementerios, donde nadie disiente ni se levanta, es la paz de las dictaduras.

¿Qué ideas la han acompañado?

Suelo apuntar frases, la primera que recuerdo la dice un personaje de Truffaut: "Hay que fortalecerse, que no endurecerse, porque la vida es dura pero hermosa". Otra es de una novela policiaca: la chica le dice al detective: "¿Cómo siendo tan duro puedes ser tan tierno?". Y él responde: "Si no fuera duro, no habría sobrevivido; si no fuera tierno, no habría merecido la pena sobrevivir".

¿Qué ayuda a una civilización a superar sus problemas?

Saber reírnos de nosotros mismos en la vida personal y la colectiva debería ser casi obligatorio.


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