miércoles, 7 de octubre de 2009

¿ME PERMITES QUE ROMPA EL SILENCIO?




Hola, de nuevo! Soy poco aficionado a justificar mis pensamientos, sentimientos y mis actos, lo reconozco. Pero llevo un par de meses en silencio en este Blog y hoy siento la necesidad de explicarte algo. Seguramente no es una disculpa, sino una confesión privada.

Cuando hace tiempo que no veo a alguien querido y me reencuentro, siempre me intereso -más que por las razones que todos conocemos y/o nos escudamos en ellas, como el trabajo, la falta de tiempo o similares autoengaños- por lo que ese tiempo de separación o silencio ha significado para ambos. ¿Qué hemos aprendido mientras estábamos ausentes? Sinceramente, es lo que me interesa de las personas que aprecio. Creo que la distancia y el silencio son, en determinados momentos, en sí mismos, necesarios, creativos y formativos... y una indudable manera de "decir en silencio" algo importante! ¿Qué ha cambiado en la vida de alguien que está temporalmente ausente? Seguramente muchas cosas, unas buenas y otras aparentemene malas, según se suele contestar; pero solo la perspectiva del tiempo puede clasificar a unas u otras como tales, porque no hay cosas malas o buenas en nuestra vida, sino necesarias, cambios convenientes que, a cada paso, solo pueden alejarnos temporalmente o acercarnos definitivamente a nuestro ser auténtico! En todo caso, incluso las "malas vivencias" -es decir, las que nos alejan temporalmente de nosotros mismos- son para que, llegado el día, sepamos reemprender más firmemente el camino hacia nosotros mismos. Y eso, haya pasado lo que haya pasado mientras dure la ausencia, es, sin duda, siempre bueno y necesario! ¿No es una buena manera de interesarse realmente por el otro, por el reencontrado?

Durante estas ausencias y estos silencios, puede removerse nuestra alma y dar pie a la nostalgia, es verdad. Pero, en estos casos, la nostalgia es un error, teniendo en cuenta que si lo que realmente nos une a una persona es el corazón, a él seguimos unidos, esté o no físicamente cerca nuestro! Estas ausencias deben ser respetables y respetadas, sin más. Son un paso más en el camino del crecimiento. Precisamente -aunque me costó admitirlo en un principio- estas ausencias o silencios, voluntarios o involuntarios, me enseñaron una gran lección de la vida: que mi silencio, mi presencia o ausencia y mi actitud hablaban, muchas veces, mucho mejor de mi mismo que mis palabras vacías! Viniendo de un comunicador nato -léase, charlatán- como yo, esa es toda una lección magistral y un reto personal en sí mismo. Eso he aprendido en este tiempo valioso de espera! También he aprendido a valorar que la vida siempre te regala lo que mereces, pero en el momento justo, el adecuado, ni más ni menos!... que seguramente tiene poco que ver con el momento conveniente, programado y/o esperado. Cualquier instante dura el tiempo necesario! Evidentemente esta lección importante entra en conflicto en personas como yo, desde siempre un poco hiperactivas y que creemos -erróneamente- que las cosas son porque nos obstinamos en ellas y las provocamos nosotros en nuestra vida! Vaya vanidad! Es verdad que hay que poner toda nuestra energía para lograr lo que anhelamos, pero también es verdad -visto lo visto- que el resultado de nuestra determinación llega "cómo" y "cuándo" llega, es decir, cuando la vida cree que es el mejor momento! Y esa impaciencia, demasiadas veces, es la causa principal de nuestra infelicidad!

Además de estas lecciones magistrales de la vida, durante este precioso tiempo que he vivido en silencio, algunas circunstancias en mi vida cotidiana han ido cambiando, día a día, así como permaneciendo en ella -fijándose- lo que era esencial y realmente importante para mí y para siempre. Así, ciertas ausencias -a veces dolorosas- de personas hasta ahora próximas se han convertido en la oportunidad inigualable de descubrir a otras nuevas personas -hasta ahora anónimas y no necesariamente lejanas- lo que confirma que la vida siempre nos brinda oportunidades para agradecernos la valentía de crecer cada día y de no tener miedo a nuevos y mágicos encuentros; otras tantas personas -por "decantación"- simplemente desaparecen paulatinamente porque, muchas veces, ya no compartíámos demasiado en nuestra vida o ya no tenía sentido su presencia en ella; pero otras singulares personas, no obstante, aunque ausentes o en silencio, permanecen más firmemente que nunca en nuestro corazón, mientras esperamos (y el amor es confianza, recordémoslo) que sebrán andar su propio camino hacia ellas mismas y, por ende, hacia nosotros, propiciando el reencuentro en el momento oportuno. Es un ejemplo más de cómo la vida -en constante cambio- se adapta continuamente a lo que creemos merecer -y nos atrevemos a vivir-, sin entrar a juzgar si es bueno o malo, justo o injusto, en cada momento!

Y quizás el último aprendizaje durante esta ausencia es, de mano de mi querida hijita de 9 años, saber vivir el "hoy y ahora", con todo lo que ello conlleva, en un mundo en que nos obstinamos -erróneamente- en analizar el pasado y en intentar programar el futuro para sentirnos seguros y confortables! Los niños solo viven el "hoy"... y lo viven tan intensamente como pueden y en cuanto llega. Y eso les otorga una innegable capacidad de concentrarse en lo que viven y sienten en el "ahora", sin juzgarlo de antemano ni arrepentirse luego de haberlo vivido! ¿Cuántas veces necesitaríamos nosotros los mayores de esa actitud -aparentemente infantil- para vivir cada momento tal y como llega y conseguir disfrutarlo, siendo esos breves instantes únicos una oportunidad singular para sentirnos felices? Porque a nosotros, los presuntos adultos experimentados, parece que se nos ha enseñado a juzgar, anticiparnos, esquivar o a diseccionar nuestro "presente" en función de lo vivido o de lo soñado para nuestro futuro, lo que nos impide ver y vivir intensamente nuestro presente. ¿Vives o juzgas? ¿Vives el hoy por lo que es... o bien lo vives en función de tu pasado irremediable o de tu futuro improbable? ¿Tu "hoy" te sirve a ti o a los demás, sirve para encontrarte o para perderte aún más?

Bueno y hasta aqui las lecciones que, desde mi ausencia y mi silencio, estoy aprendiendo cada día de mi "nueva" vida! Lamento no poder decirte cuándo volveré a escribir diariamente en el Blog. Antes deberé decidir si es el silencio o mis palabras vacías las que -más y mejor- hablan de mí y de cómo creo y siento hoy lo que debe ser la vida!
Aunque, como ya te he comentado antes, solo me preocupa el "qué", no el "cómo" ni el "cuándo"... que la vida ya dirá!

Solo me queda agradecer a los que, de una u otra manera, me habéis manifestado vuestra adhesión a mi silencio, entendiéndolo o bien pidiéndome que reinicie ya mis escritos. Incluso agradezco a los que, aún echándome de menos, ni siquiera leen este Blog y les basta mi silencio, mi presencia -o mi ausencia- y mi acitud para amarme y, haciéndolo, redescubrirse y amarse más a ellos mismos!

¿Hasta pronto?

¿COMENTARIOS, OPINIONES? PARTICIPA EN NUESTRO FORO DE OPINIÓN

http://forocontigomismo.ning.com/

 

Tell me when this blog is updated

what is this?