jueves, 26 de noviembre de 2009

MÁS BESOS SINCEROS... Y MENOS LETRAS!



Estaremos de acuerdo que la conciliación de la vida familiar y la profesional es una falacia más de nuestra sociedad. Si eres madre y trabajadora sabrás de qué hablo! Y es difícil cambiar esto, a pesar de que los políticos afirmen empeñarse en ello. Pero no lo es reconocer que esa falta de conciliación provoca consecuencias en el niño, secuelas que arrastrará muchos años en su vida de adulto. La carencia afectiva, la falta de autoestima y, como consecuencia, el estrés son tres de los males humanos más acuciantes de la sociedad actual... y, lo que es peor, ahora también de los futuros ciudadanos y protagonistas del mundo, nuestros hijos.

Seguramente mucho debería cambiar la sociedad para solucionar esto. La sociedad actual aún hace poco por humanizarse! Pero sí podríamos -a pesar de la dificultad real y práctica- aceptar las consecuencias inmediatas en nuestros hijos e intentar paliarlas nosotros, sus padres. Así lograríamos evitar otros efectos colaterales, como el exceso de competitividad, las depresiones en menores o la violencia de los hijos contra los padres! Los niños no necesitan hiperactividad, sobrestimulación, ni ser los mejores en todo... necesitan, ante todo, afecto, para poder darlo y recibirlo después, evitándose así que, de adultos, se entreguen grauitamente a toda aparente seguridad y afectividad... y normalmente falsa. Porque, sin duda, esta búqueda posterior y urgente de lo que les falta les llevará a malas experiencias sentimentales, familiares y sociales.

En mi trabajo como coacher me encuentro -lamentablemente- cada día más con personas que han sido víctimas de situaciones anómalas, tóxicas y, en algunos casos, incluso inhumanas que lastran el equilibrio emocional e impiden el correcto desarrollo emocional y, por tanto, el crecimiento personal. La gran mayoría de nuestros problemas y conflictos nacen de esa carencia y mal desarrollo afectivo, nacido en la infancia! Ya en la madurez, primero hay que vaciar, para luego poder llenar, o lo que es lo mismo, estar dispuestos a abrirse a la vida, llegando a ser uno mismo. Pero estos lastres, sutilmente inculcados por los propios padres, maestros y la sociedad en general, condicionan nuestros recuerdos, vivencias y modos de pensar... y, al fin, la manera de encarar la vida que todos merecemos. Para cambiar esto, cada uno deberá darse cuenta de sus carencias, no intentar argumentarlas como un fenómeno adaptativo más (aunque al ego le basta eso) y, sin resignarse, tener el valor de querer cambiar ciertas cosas fundamentales para alcanzar la vida deseada. Claro que tenemos toda la vida para lograrlo, aunque cuanto antes se logre ese indudable avance -o mejor, este desbloqueo- más tiempo se podrá disfrutar de una vida plena y propia... y ya no prestada y plagada de errores propios, ajenos, persistentes y tóxicos.

Reconocer los errores y lastres propios y ajenos no es solo aceptarlos, aprendiendo a convivir con ellos! "Es lo que hay", esa ya popular expresión, indudable muestra de resignación y resistencia al cambio! Ni tan siquiera podemos pretender cambiar nuestra vida errónea de un día para otro. Crecer significa, simplemente, tener la voluntad firme para hacerlo, en la medida de nuestras posibilidades, día a día y en cada pequeña decisión que tomemos. En la vida saber ver, querer firmemente mejorar e intentarlo perseverando en ello es, muchas veces, lo único necesario para que cambien las cosas. Y nunca es fruto de la obstinación, ni de planes mentales estratégicos ni de intentar aislarse del mundo real o, en el peor de los casos, negarse a uno mismo ese derecho a tener la vida soñada. El crecimiento personal debe ser -necesariamente- una tarea personal (aunque puede ser compartida, siempre con amor del bueno, claro), continuada y con el único objetivo de llegar a ser uno mismo! Claro que no es fácil, sobre todo en este mundo imperfecto, aplastante e inhumano, con un entorno agresivo que nos rodea y con todas esas trabas que la vida -dicen- parece ponernos continuamente para no crecer y conformanrnos con lo que parecemos... y padecemos.

Girar la cabeza, negar algo esencial o buscar la permanente huída hacia adelante es almacenar agravios y errores propios y ajenos, deseos insatisfechos y tratar de huir de las carencias que, más tarde o más temprano, vuelven a aflorar a la superficie de nuestra vida cotidiana, trastocándola y haciéndonos tomar decisiones erróneas y, muchas veces, peligrosas para nosotros mismos y para los demás, incluso para los que afirmamos querer al lado nuestro. Los problemas y fantasmas personales hay que mirarlos de cara para que se disuelvan con el uso, aunque para esto se requiera del valor de hacerlo! ¿Cómo hacerlo? Cuestionándonos nuestra propia, anterior y actual vida, eligiendo siempre lo mejor y desechando lo peor para nosotros, para luego conformar nuestra mejor vida, esa que todos deseamos y merecemos, pero que pocos tenemos la firmeza de perseguir!

Lamentablemene muchos, teniendo oportunidades de ver la luz y ser conscientes de esa necesidad de rebelarse, empiezan a hacerlo, pero no perseveran en el cambio ante la menor dificultad que aparece! Ese crecimiento paulatino no garantiza el que no cometamos de nuevo algunos errores puntuales (siempre se aprende de ellos), pero sin duda nos enseña a saber lo que no queremos para nuestra vida y enmendar el fallo, pudiendo siempre retomar nuestro camino más firmes y dispuestos hacia nosotros mismos y nuestra siempre posible felicidad! Nunca es tarde cuando la dicha es buena! Y, como dice un refrán chino "solo encuentra el verdadero camino quien antes se ha perdido diez mil veces".

Te copio una interesante entrevista de La Contra de La Vanguardia, sobre la educación infantil. Extrae tus propias conclusiones...


Eulàlia Torras de Beà, psicoanalista y psiquiatra infantilLa guardería no puede criar saludablemente a un bebé". La Contra de La Vanguardia. VÍCTOR-M. AMELA - 23/11/2009

¿Qué tiene de malo una guardería?

Es algo que necesitan los padres..., pero no es lo que necesita un bebé

. ¿Y qué necesita un bebé?

La cercanía cálida, constante y segura de sus amorosos padres.

Pero si los padres no pueden...

Dejan a sus bebés cada vez más tempranamente en guarderías, sin calibrar las consecuencias...

¿A qué edad entran los bebés en guarderías?

¡Con cuatro meses! Algo impensable hace 40 años...

¿Y qué consecuencias tiene esto?

Mala crianza. Asumimos como normal que nuestros bebés enfermen, ¡y no lo es!

¿Enferman por culpa de la guardería?

Multiplica las posibilidades de enfermar: el bebé está más expuesto a gérmenes... y, sobre todo, más propenso a toda afección.

¿La guardería acentúa la propensión a enfermar del bebé?

Sí. El propio hogar, los brazos de mamá y papá, un círculo reducido de personas... ¡eso es lo que fortalece emocional, cognitiva y físicamente al bebé! La guardería, en cambio, puede comprometer su desarrollo.

¿Tanto como eso?

El ingreso en la guardería lo hace retroceder temporalmente en competencias que está adquiriendo, como hablar, caminar...

¿Por qué?

Un entorno estable proporciona seguridad al bebé, seguridad que lo anima a explorar: así madura bien. Alterar su entorno le resta seguridad, lo que frena su desarrollo.

¿No está dramatizando, doctora?

Lo confirman los últimos hallazgos en neurociencias y psicología evolutiva.

¿Me los resume?

De los cero a los dos años, cuando más plástico es el cerebro, las neuronas del bebé se desarrollan según la calidad de los estímulos que recibe por interacción con las personas centrales de su mundo: abrazos, achuchones, caricias, risas, balanceos, movimientos, sonidos, voces, cantos, palabras, mimos, cariños, músicas, olores, colores, sabores...

¿Y besos?

Y besos. Todo eso sofistica y enriquece su sistema neural y nervioso, el sistema desde el que establece su relación emocional y cognitiva con el mundo y consigo mismo.

¿La guardería no da esos estímulos?

Imposible en grado óptimo, improbable en el necesario, difícilmente con la intensidad y calidad de unos papás atentos y amorosos.

Ya no existen a tiempo completo.

Y quizá por eso llegan cada día a las consultas más psicopatologías en niños cada vez menores... ¡España es ahora el tercer país que más psicofármacos receta a menores! Cortamos síntomas sin analizar causas.

También padecemos en España un elevado fracaso escolar.

Tampoco analizamos causas, preferimos castigar o etiquetar: "trastorno por déficit de atención e hiperactividad", y medicar.

Ir pronto a la guardería ¿no garantiza una mejor escolaridad ulterior?

No. Hay que escolarizar al niño justo cuando empieza a quedársele pequeño su hogar.

¿Y a qué edad sucede eso?

No antes de los tres años.

¿Tan tarde?

En Finlandia los padres no están obligados a escolarizar a sus hijos ¡hasta los siete años! Y Finlandia es el país con menos fracaso escolar de Europa, vea el informe PISA.

Seguro que concurren otros factores...

El principal es que el Estado sufraga durante el primer año a los padres. Y luego permite horarios laborales intensivos o reducidos. Así, ¡los padres pueden criar a sus hijos! Y un niño bien criado en casa llegará a la escuela muy estimulado, con ganas de descubrir. Y aprenderá más y mejor.

O sea, que deberíamos mimar al bebé.

Atender sus necesidades de hambre, sueño y - sobre todo-cariño. No es sobreprotegerlo, ¡es protegerlo de lo que vendrá! Porque el niño así criado gozará de estabilidad emocional, autoestima y coherencia: estará bien preparado para los reveses que vendrán.

¿Y no será así si se ha criado con mucha guardería o en un orfanato?

La pobreza de estímulos empobrece su desarrollo: serán niños poco orientados, intemperantes y más agresivos, más vulnerables a la frustración, más depresivos...

Diga algo bueno de las guarderías.

Muchas tienen excelentes cuidadoras, pero repartirse entre tantos niños imposibilita la calidad de la atención personalizada.

Mejor una guardería que algún hogar.

Ante un hogar con abandono, conflicto permanente y agresividad crónica, ¡mejor una guardería, sí! La guardería es útil en ciertos casos y momentos, pero no es la opción principal para criar saludablemente a un bebé.

Envíe un mensaje a los padres.

Uno de la doctora Julia Corominas: "Dedicar tiempo a los hijos de pequeños os ahorrará mucho tiempo cuando sean mayores". Ahorro en salud física, mental y emocional.

¿Qué haría si mandase en España?

En vez del populismo político de inaugurar guarderías, subvencionaría a los padres para que dedicasen tiempo a criar a sus hijos hasta los tres años: ¡eso sí sería progresista!

En algo sí habremos progresado en los últimos 40 años..

Sí: en conocimiento. Sabemos cómo optimizar el desarrollo de los niños. ¿Por qué no lo aplicamos? ¿Queremos su felicidad futura?



¿COMENTARIOS, OPINIONES? PARTICIPA EN NUESTRO FORO DE OPINIÓN

http://forocontigomismo.ning.com

 

Tell me when this blog is updated

what is this?