miércoles, 11 de noviembre de 2009

SOLEDAD, AUSENCIA Y ABANDONO



No es un título demasiado sugestivo, lo siento. Pero fue hace unos días cenando en un acogedor restaurante francés en Barcelona cuando un vidente se aproximó a nuestra mesa y, en voz baja pero con una sentencia firme, me comentó "Tienes un problema con tu sentimiento de abandono". Evidentemente me sorprendió la rotundidad de su aseveración, más aún porque esta persona no sabía nada de mí ni de mi vida. Pero me hizo reflexionar.

En estos últimos tiempos rondan por mi cabeza varias vivencias que, a ratos, me perturban: soledad y ausencia. Dos términos proscritos e injustamente percibidos por casi todo el mundo. ¿Hay algo más temido que la soledad? Creo que el ser humano teme especialmente la soledad y, por decir algo, es su gran pecado original, como bíblicamente se le conoce. Y es que la soledad es el sentimiento más doloroso y, a la vez, el que nos hace cometer más errores, al intentar huir de él. La soledad duele y la huida de ella -a cualquier precio- no suele provocarnos más que infelicidad y más soledad. Porque, en nuestra vida, actuar en base a una huida de algo (normalmente buscando una compañía a cualquier precio o renunciando a uno mismo) y no basada en nuestra profunda convicción y voluntad, no puede traer más que soledad sonora - como fantásticamente describe el genial escritor Antonio Gala en su libro del mismo nombre- y especialmente dolorosa porque, a más de resurgir con ímpetu el temido sentimiento, junto a él nace otro que es el sentirse mal con uno mismo por haber intentado ser astuto con la vida, renunciando a nuestra verdad! Y digo verdad porque la soledad es parte de nuestra verdad vital y, como tal, intrínseca en la vida del ser humano. Convertir la soledad en algo positivo y creativo es, quizás, uno de los principales aprendizajes en nuestra vida. No solo debemos saber gestionarla, sino aprender que la soledad es el único camino hacia nuestro verdadero conocimiento, muy necesario para después poder compartir nuestro yo desde el amor.

Pero volvamos a los popularmente "malditos" términos que barajo en estos últimos días. Ausencia y soledad, dos sentimientos intensos. Tal vez porque ahora mismo hay personas que quizás amándome, temen estar cerca mío; u otras que, tras años en mi vida, han decidido alejarse de ella; o incluso algunas personas que, recién aparecidas en mi vida, huyen despavoridas para evitar el encuentro conmigo! Qué más da! Ausencia es encontrar a faltar a alguien a quien querríamos a nuestro lado. Así como soledad, coloquialmente, es cómo nos sentimos cuando ese alguien soñado no está cerca nuestro. Pero uno puede -y debe- aprender a vivir una soledad distinta, gratificante y enriquecedora basada en el silencio, que le permita reconocerse uno mismo interiormente y, a la vez, sentirse íntegro y pleno. Solitario es quien encuentra faltar a alguien en su vida, mientras soledad es quien está consigomismo! Muchos libros de autoyuda hablan del logro personal de saber estar solos y en silencio.

Actualmente estoy aprendiendo a sentirme pleno, estando sólo conmigomismo y esa sensación, es nueva, maravillosa y dificilmente descriptible. Hoy sinceramente creo que no hay momento más mágico como el compartir un hermoso silencio con quien amas de verdad, evidentemente cuando ya se ha dicho casi todo antes, claro. Soledad y silencio van inexorablemente de la mano, pero como la soledad, el silencio no es necesariamente la ausencia de palabras, sino el hablar con uno mismo. Y esa mágica combinación de soledad y silencio tienen como resultado la integración, la unión... con uno mismo, con los demás y con todo lo que nos rodea. Para mí -lo reconozco- es un sentimiento nuevo y magnífico que me acerca a mi entorno, no entiende de diferencias ni comparaciones, ni de soledad dañina, ni de amores lejanos, ni de palabras hirientes... sino que me hace sentir en permanente contacto con todo lo que amo, esté o no cerca ahora mismo de mí. Y eso es maravilloso, pues desaparece la distancia y el tiempo para concretarse en un hoy y ahora sólido, pleno y basado en el amor verdadero, el que proviene del alma. Junto o dentro de mí, hallo lo esencial formando parte de mi vida presente. Y esa soledad y ese silencio conmigomismo tienen poco que ver con la carencia de algo, con la ausencia de alguien y con esa soledad que solo nos genera sufrimiento, separación y miedo!

Y es en esta nueva soledad cuando también se disuelve mi presunto sentimiento de abandono, el que fue sorprendentemente captado por el vidente al verme el otro día. Seguramente algo aún queda de esta vivencia y de ese sentimiento, sobre todo cuando mi historia está forjada a golpe de aprendizaje forzado, a partir del abandono de mi padre cuando yo tenía aproximadamente unos 10 años de edad... Y, como me decía alguien hace poco, "eso marca toda la vida", sobre todo teniendo en cuenta que la última noticia que tuve de mi padre -desde su marcha- fue su defunción, publicada en un periódico. Es verdad, sin duda, que ese abandono prematuro pudo guiar mis pasos -de manera consciente o inconsciente- e incluso condicionar en gran manera mi vida y mis relaciones con los demás. Pero, a pesar de ser un hecho singular, dramático y relevante en mi historia, seguramente han habido, posteriormente, otros muchos abandonos más en ella. Pero he aprendido a no sentirme víctima ni culpable ante ellos, aceptando que la vida no estuvo jugando conmigo para hacerme sentir mal ante estos sucesos siempre tristes, sino que pretendía que aprendiera una importante lección: que solo el amor puede darle sentido a una ausencia, a la soledad o a un abandono! Y es que, con el tiempo, he aprendido que, cuando amas de verdad a alguien -sí, incluso al que te abandona, se ausenta y te deja aparentemente sólo- ésta persona nunca acaba por desaparecer del todo de tu vida: lo más importante permanece en el corazón y, desde él, sigue presente en nuestra vida!

Así, personas que fallecieron ya hace años y a quien un día lejano quise; personas que amé y que para buscarse a ellas mismas prefirieron distanciarse de mí o personas que, haciendo uso de su libertad, optaron por alejarse de su propia verdad o por distanciarse para siempre de mi camino demasiado especial y mágico... forman hoy parte de mi vida. Son esos seres queridos a quien he aprendido a amar y, por ello, a a respetar su libertad de estar o no en mi vida! Algunos de ellos se fueron en silencio y sin avisar de antemano; otros, en cambio, con lágrimas en una insufrible despedida; con alguna otra persona no hubo un adiós, sabiendo de antemano que eternamente estarían en mi corazón y que quizás volverían. A unas y a otras personas queridas y ausentes -temporal o definitivamente- de mi vida he aprendido a no juzgarles por lo que decidieron, aún el dolor que quizás me produjeron o las consecuencias que tuvo su marcha en mi vida! Porque fue su marcha la que me permitió aprender que la soledad no es solo la ausencia de álguien querido y me permitieron aprender que solo el amor nos brinda la posibilidad de respetar, entender y amar a personas cuya presencia en mi vida no depende de la distancia ni del tiempo!

Una vez más, la vida me ha enseñado -de la mano de esas dolorosas vivencias- que el silencio, la actitud y la presencia o ausencia hablan de uno mismo -o de alguien ausente- mejor que nuestras palabras o que las compañías vacías! Al fin y al cabo, de esas personas ausentes, siempre quedarán en mi vida las que merezcan estar en ella, mientras otras quedarán solo en forma de bellos recuerdos que el tiempo nunca borrará! Incluso alguna de ellas quizás vuelva a reencontrase con su verdadera vida y entonces, súbitamente, se reencontrará conmigo cuando podamos -y merezcamos, realmente- compartir nuestro amor y nuestra felicidad!

¿COMENTARIOS, OPINIONES? PARTICIPA EN NUESTRO FORO DE OPINIÓN

http://forocontigomismo.ning.com/

 

Tell me when this blog is updated

what is this?