miércoles, 9 de diciembre de 2009

DESDE LA OBSCURIDAD DE NUESTRA MENTE...



Existen ciertas emociones y pensamientos negativos que nos amenazan a todos, de vez en cuando, desde la obscuridad. De hecho, durante nuestro crecimiento nos anclamos en ciertas creencias sobre nosotros mismos, los demás o el entorno que, de manera periódica e imprevisible, resucitan, provocándonos incertidumbre, condicionando nuestros actos o bien bloqueándonos ante determinadas circunstancias que aparecen en un momento dado.

Los terapeutas las llamamos "creencias limitativas", es decir todo aquello que desde el subconsciente condiciona nuestra conducta, privándonos de "ir más allá" o de tomar una decisión ecuánime o apropiada. Comunmente, las personas tenemos la errónea tendencia a ocultar nuestros "fantasmas", todo aquellos sentimientos o pensamientos que nos perturbaron o perturban en nuestra vida, pensando que así desaparecen de ella. Ni que decir tiene que no es la solución, pues no se disuelven con el tiempo... sino, todo lo contrario, en la sombra de nuestro subconsciente perduran en el tiempo, crecen en la clandestinidad y, ante una situación dada, surjen de nuevo, más fuertes y vigorosos... pues, como un buen vino, el tiempo va dándoles más prestancia y más cuerpo.

Es por ello que, más allá que ocultarlos de nuestra vista (la razón), debemos afrontar esos fantasmas y creencias negativas que nos bloquean para mirarlas directamente a la cara, para cuestionarlas. Como suelo bromear, esos fantasmas son como un vampiro que muere ante la luz del sol! Esas creencias limitativas ancladas en nuestra psique, una vez identificadas como algo que nos perturba o nos inquieta interiormente (lo que no es siempre fácil), debemos exponerlas abiertamente a la luz de la razón y cuestionarlas, haciendo que pasen del dañino e incontrolable subconciente hasta el consciente, donde pueden ser modificadas. A pesar de que es natural planteárselo, nos debe despreocupar cómo o cuándo llegaron hasta allí... a pesar de que muchos terapeutas insisten en saberlo como método de su terapia. Particularmente, como Coacher, pienso que es más importante saber cómo nos están afectando esas creencias ahora y cómo lo harán mañana, que saber su origen en el tiempo!

Y es, precisamente, este método de Byron Katie llamado "El Trabajo" una de las maneras ingeniosas de lograr cuestionar esos fantasmas, una vez se intuye o se identifica que podrían ser la causa de nuestros pensamientos, sentimientos o acciones erróneas y, obviamente, tóxicas para nosotros. Se basa simplemente en tomar una de esas creencias que nos atormentan -o que guían nuestra conducta, sin darnos cuenta-, identificarla como tal y cuestionarla respondiendo las preguntas del siguiente test.


GUIA PARA FACILITAR EL TRABAJO DE BYRON KATIE

Las cuatro preguntas, sub-preguntas e inversiones

Utiliza las siguientes cuatro preguntas, y las sub-preguntas (sub-preguntas sólo cuando sean apropiadas) con el concepto que estás Trabajando. Mientras contestas las preguntas, cierra los ojos, aquiétate y profundiza mientras contemplas. El Trabajo deja de funcionar el momento en que dejas de contestar las preguntas.

1. ¿Es verdad?
• La respuesta es “sí” o “no” únicamente.
• Si la respuesta es “no”, pasa a la pregunta número 3.

2. ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza?

3. ¿Cómo reaccionas, qué sucede, cuando crees en ese pensamiento? (A veces la gente
encuentra útiles las siguientes sub-preguntas.)
• ¿Ese pensamiento trae paz o estrés a tu vida?
• ¿Qué imágenes ves (pasadas y/o futuras) cuando crees en ese pensamiento? Cierra
los ojos, relájate, contempla, sé testigo.
• Describe lo que sientes físicamente cuando crees en ese pensamiento.
• ¿Cómo tratas a esa persona y a otros cuando tienes ese pensamiento?
• ¿Cómo te tratas a ti mismo cuando tienes ese pensamiento?
• ¿Qué adicciones/obsesiones comienzan a manifestarse cuando tienes ese
pensamiento? (¿Alcohol, tarjetas de crédito, comida, el control remoto del televisor?)
• ¿Dónde y cuándo se te ocurrió ese pensamiento por primera vez (a qué edad)?
• ¿En asunto de quién estás cuando tienes ese pensamiento?
• ¿Qué obtienes al apegarte a esa creencia?
• ¿Qué temes podría suceder si no creyeses en ese pensamiento? (Más tarde indaga
este listado de temores.)

4. ¿Quién serías sin el pensamiento?
• Cierra los ojos y suelta tu historia por un momento; observa, ¿quién serías sin ese
pensamiento? ¿Quién serías sin tu historia?
Invierte el pensamiento. Las afirmaciones pueden invertirse hacia uno mismo, hacia el otro, al opuesto y, a veces, a otras variaciones. Cuando se trata de un objeto, sustituye el objeto con “mi manera de pensar” o “mis pensamientos” siempre y cuando sientas que es pertinente. Encuentra por lo menos tres ejemplos específicos y genuinos para las inversiones que sean tan o más verdaderas que tu afirmación original.

© 2009 Byron Katie, Inc. All rights reserved.
http://www.thework.com/espanol / www.thework.com/espanol

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