jueves, 28 de enero de 2010

"LA MUERTE" (Y 3ª PARTE)



El desconocimiento sobre la muerte y del momento de su llegada nos inquieta y lo ha hecho siempre, desde los inicios de la Humanidad. La muerte es la gran desconocida de nuestra vida! Yo creo que la muerte es un necesario tránsito, sin más! En ella, siento que no es el Alma la que en realidad desaparece, pues es eterna.... sino solo nuestro cuerpo en la Tierra. Dejaré de lado otras concepciones metafísicas, religiosas u oscurantistas, que supongo pretenden disolver la duda y el desconocimiento, para dejarnos más tranquilos. Creo que a la muerte hay que tratarla como algo mágico, inevitable y misterioso como todo en nuestra vida, un simple paso más en la existencia de nuestra Alma... eterna!

Seguramente hablar de la muerte a personas que la sienten cerca es una temeridad! Ante los problemas vitales, sobre todo en Occidente tenemos el mal hábito de intentar comprenderlos, buscando razones mentales y convincentes para confortarnos, cuando es en nuestro corazón donde está su verdadero sentido! ¿Quién dijo que la vida y todos sus estadios -como la muerte- se han de entender con la mente? Seguramente es su magia y su misterio lo que la hace grande, mágica y única! ¿Vida después de la vida, cielo o infierno, reencarnación, qué más da? Argumentos y razones muchas veces irrazonables e incluso algo dogmáticas para negar o evitar el evidente y eterno miedo, el desconocimiento humano ante la muerte. ¿Por qué no amar de verdad la vida -y a la muerte-, confiando en ella y aceptando su propio devenir y su misterio? Quizás es un consuelo de tontos, pero seguramente es la única forma de vivir con sorpresa, con amor y sin miedo la vida tal y como viene! Al fin y al cabo, vivimos para morir mejor!

Mi primera experiencia real, consciente y concreta con la muerte fue a la edad de 19 años, cuando falleció en accidente de coche la que debía ser mi amiga para siempre, Clotilde. Bromeábamos afirmando que, de ancianos, compartiríamos charlas sobre nuestras visicitudes, experiencias y anécdotas en la vida. El hecho es que, una vez superado el terriblemente doloroso, inesperado y súbito momento de su muerte, enseguida tuve el singular sentimiento que hoy aún siento ante ella! Entonces -y ahora- siento a mi amiga conmigo, siempre cerca y sonriendo, viendo cómo, a tropezones, transito mi vida. Está siempre conmigo! Intentando buscar argumentos ante ese paradójico sentimiento -que ya entonces describí-, nunca me resistí a aceptar su muerte, sino que sentí -y siento- que su Alma estaba para siempre presente entre las personas que quiso y que le quisimos en su vida! Entonces yo no sabía de lecciones de la vida, pero sin darme cuenta, me enseñó a valorar la vida, a aprender sobre la muerte y la ausencia... y a darme cuenta de que el Alma existía!

Hoy mi opinión sobre la muerte no ha cambiado apenas! Actualmente, ya en el meridiano de mi vida, amo tanto a la vida, como amo a la muerte! Solo temo el sufrimiento físico que, lamentablemente, muchas veces conllevan ambas, aunque creo que enseñan y, a la vez, purifican! El sufrimiento no es más que una llamada de atención para que seamos conscientes de lo que experimientamos en cada momento! Sé que cuesta percibirlo, sentirlo y vivirlo así, pero después de muchos años sufriendo en mi vida, me doy cuenta de que soy lo que soy gracias a ese sufrimiento! Particularmente, como decía, hoy no temo mi muerte... precisamente porque hago todo lo posible por amar siempre a la vida! Si hoy muriera, muchas de las personas que comparten hoy mi vida sufrirían, sin duda. A algunas mi forzosa marcha las enseñaría a vivir mejor su propia y mejor vida, a valorar el amor verdadero cuando llega y a saber que tengo mi espacio en su propia vida; a otros, mi muerte les provocaría un sentimiento de culpa, por no haber sabido ver en mí más que un estorbo o tan solo un presunto visionario con incontinencia verbal que les recuerda insistentemente a su conciencia; pero alguno, sin duda, reconocerá que mi amor está -y siempre lo estará- bien presente, a pesar de mi ausencia! Si me permites una ironía, siempre había pensado en asistir a mi propio entierro y, escondido en una hurna de cenizas, observar a los apenados asistentes, conocidos y amigos, para desentrañar qué sentirían realmente ante mi muerte!

Aquí tienes la tercera y última parte del discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford (http://www.youtube.com/watch?v=6zlHAiddNUY). Habla sobre la muerte, esa inevitable fase de nuestra vida que tanto nos cuesta aceptar. Disfrútalo...


LA MUERTE

Mi tercera historia es sobre la muerte.

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.

Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida.

Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.

Hace casi un año me diagnosticaron cáncer.

Me hicieron un chequeo a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir.

Significa intentar decirle a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.

Viví todo un día con ese diagnóstico.

Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vio las células al microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía.

Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:

Nadie quiere morir.

Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.

Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.

No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.

No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.

Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición.

De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.

Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google, era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos. Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número.

Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad.

En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si sois aventureros. Bajo ella estaban las palabras:

“Sigue hambriento. Sigue alocado”.

Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado.

Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso a vosotros.

Seguid hambrientos. Seguid alocados.

Muchísimas gracias a todos!


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