martes, 16 de marzo de 2010

LA VIDA DESDE DENTRO...



Siempre he dicho que cuando planteamos en nuestra vida las cosas como un deber o un derecho, es que las cosas no fluyen como deben. Sobre todo en una sociedad que nos educa a que un derecho de alguien equivale a un deber de otra persona, que lo que uno consigue es siempre a costa del otro. Siempre comparándonos y buscando razones para actuar o dejar de actuar, para respetar o hacernos respetar!

La verdad es que, si actuáramos con la Conciencia, no nos sería necesario recurrir a tantos razonamientos. Por que la conciencia interior se basa en la universalidad del ser humano, en la igualdad de oportunidades, en la ley del equilibrio entre lo que hay dentro y lo que hay fuera, en ese justo punto medio entre el "yo" y el "tú"! Es cuando entra en juego la mente cuando nos desequilibramos, cuando no vemos claras las cosas, pues ésta solo las percibe de manera dual, confrontada y excluyente. Y así hacemos nuestra vida, con "santos" y "demonios", con "buenos" y "malos", con "convenientes" o "inconvenientes"... y eso no es más que esa esquizofrenia que nos perturba, nos condiciona y hace de nuestra vida un vaivén interminable, que solo puede solucionarse desde la quietud del alma, la justicia que ella impone a nuestra vida interior... que trasciende a nuestro exterior!

Desde esa paz interior todo es siempre bueno y justo, ya se trate del amor o de nuestra manera de proceder ante la vida. Todo cobra un único sentido y tiene su preciso momento... aunque nuestra mente se niegue a verlo y aceptarlo como tal. Esa es, precisamente, nuestra fuente crónica de conflictos, con nosotros mismos y con los demás o con el mundo! No hace falta que te recuerde que el panorama desolador de nuestro mundo de contiendas, desequilibrios y autodestrucción no es más que la suma de ese desequilibrio de los que habitamos en él. Cuando uno actúa desde dentro, la distancia no existe, como tampoco, el desequilibrio! Un derecho y un deber es algo que incumbe al que lo da y al que lo recibe, el amor se da y se recibe sin agotarse... La mente juzga, mientras que el alma comparte y redistribuye! El alma está serena, mientras que nuestra mente es continuamente emborrachada por nuestros sentidos limitados y por nuestra pretendida sabiduría y experiencia mal vivida! El alma nos hace "blandos" y flexibles ante las circunstancias, mientras que la mente nos fosiliza y nos hace duros frente a lo que viene. El alma siempre impone el respeto, la comprensión, el entendimiento y el amor, mientras que la mente impone la rigidez, la intolerancia, la desconfianza... con nosotros mismos y con los demás,convirtiendo nuestra vida en una lucha permanente!

Hace ya muchos años alguien me preguntó cuál era la diferencia entre Occidente y Oriente. Entonces, no supe contestar! Pues que un occidental en el campo ve una flor, la arranca y comenta lo bella que es, mientras que un oriental la ve, la contempla y sin tocarla ni arrancarla comenta igualmente lo bella que es. Esa es la diferente visión que podemos tener de la vida, de las personas que nos rodean y de nuestro entorno. Unos necesitan poseer la flor, hacerla suya para conmoverse... aunque eso signifique su muerte al ser arrancada; otros, en cambio, consideramos a esa flor como parte de un Todo, en el que nosotros participamos con ella y con su propia existencia, que es lo que conmueve nuestro corazón! Llámale flor... o libertad o respeto o felicidad o amor por quien o por lo que te rodea... y verás que puedes llegar a valorarlo en ti y en los demás sin que suponga una pérdida o una ganancia, sin que su existencia o inexistencia te perturbe, sin comparar... solo sabiendo que ES. Como tú mismo, tan importante como una simple flor, pero a la vez tan importante como una gran estrella, porque ERES, sin más!

De nuevo te traigo un texto fantástico de mi amiga virtual Cori Caniza, una persona que en sus escritos logra expresar como nadie cosas tan cotidianas, como importantes. Disfrútalo y extrae tus propias conclusiones...

"Tienes derecho, pero no debes....."

Tienes derecho, a enfadarte, pero no debes pisotear la dignidad de ninguna persona.

Tienes derecho a sentir celos del triunfo de los demás, pero no debes desearle mal, a las demás personas.

Tienes, derecho a caer, pero no debes quedarte tirado en el piso.

Tienes derecho a fracasar, pero ... ... no debes sentirte derrotado.

Tienes derecho a equivocarte, pero no debes sentir lástima de tí mismo.

Tienes derecho a regañar a tus hijos, pero no debes romper sus ilusiones de jóvenes emprendedores.

Tienes derecho a tener un mal día, pero no debes permitir jamás que se convierta en costumbre.

Tienes derecho a tomar una mala decisión, pero no debes quedarte estacionado en ese momento pasado.

Tienes derecho a ser feliz, pero no debes olvidar ser agradecido.

Tienes derecho a pensar en el futuro, pero no debes olvidar jamás el presente.

Tienes derecho a buscar tu superación personal, pero no debes olvidar tus valores morales.

Tienes derecho a triunfar, pero no debe ser a costa de otros.

Tienes derecho a inventar, pero no debes olvidar nunca a Dios.

Tienes derecho a vivir en paz, pero no debes confundir ese derecho inalienable con ser mediocre ó conformista en la vida.

Tienes derecho a vivir en la opulencia, pero no debes olvidar nunca compartir con los menos afortunados en la vida.

Tienes derecho a desanimarte, pero no debes perder la esperanza.

Tienes derecho a la justicia, pero no debes confundirla con la venganza.

Tienes derecho a un mañana mejor, pero no debes nunca cimentarlo en un hoy fraudulento.

Tienes derecho a ser positivo, pero no debes ser arrogante con ninguna persona.

Tienes derecho a soñar, y enseñar a otros a soñar con un mundo mejor y solidario, con los menesterosos

 

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