martes, 27 de abril de 2010

LA FELICIDAD DE CADA DÍA...



Hay algo que, de manera incansable, busca el ser humano en su vida: la felicidad. Pero no es algo que se obtenga sin más. La felicidad es un camino con una actitud determinada ante lo que nos sucede. Hay que querer ser feliz, sin más. Encontrar el sentido de lo que sucede en nuestra vida y aceptar que la vida nos proporciona lo mejor que nos puede pasar en cada momento es todo. Claro que, con o sin sentido, lo que nos pasa es lo mejor que nos puede pasar, sin que eso tenga algo que ver con lo que esperamos o pensamos querer en la vida. Todos tenemos unas espectativas y deseos que esperamos alcanzar. Y nosotros somos libres de aceptar lo que llega o bien huir de lo propuesto, aunque sea renunciando a nosotros mismos y, lo que es peor, a lo que la vida cree que necesitamos para crecer o experimientar. Esa huida hacia adelante muchas veces hace que vivamos situaciones ajenas a nosotros mismos y elimina la oportunidad de aprender la lección que traía consigo. Porque, sin duda, somos seres libres y el camino lo vamos trazando paso a paso en nuestro camino, con cada una de nuestras decisiones cotidianas. Si estas decisiones, por insignificantes que parezcan, están alineadas con esa percepción interna que tenemos de nosotros mismos y de lo que consideramos felicidad, obtendremos esa sensación de ser felices, pues estamos cumpliendo nuestro designio personal. Quizás la felicidad no sea más que obedecer esos designios internos que nos hace ser coherentes con nuestro ser interior!

Huelgan más palabras. Mi amiga virtual Carolina Weil escribe a la perfección sobre la felicidad, en un espléndido texto. Extrae tus propias conclusiones...


Al encuentro de la verdadera Felicidad

El ser feliz no es un estado de ánimo, es una actitud constante...
Como muchos de los temas más profundos de nuestras vidas, todos tenemos una noción interna sobre qué es la felicidad, pero nos parece muy difícil explicarla. Ocurre lo mismo al pensar en conceptos como "Justicia" o "Solidaridad".

Generalmente cuando pensamos en felicidad vemos sus efectos, pero pocas veces analizamos con cuidado sus causas: ¿Qué nos hace felices? ¿Es posible que esta felicidad sea un estado permanente?

Es fácil confundir la felicidad con el bienestar. Por eso muchas personas tienden a equivocar el sentido de los bienes materiales en sus vidas, creyendo que les dará una felicidad que nunca encuentran. Y es que las cosas materiales nos dan bienestar: es más cómodo viajar en un coche que en un transporte público, es agradable tener abrigo cuando hace frío, ese necesario tener algo qué comer. Pero ese bienestar no tiene nada que ver con la felicidad.

La felicidad es un concepto mucho más profundo de estabilidad, seguridad, esperanza. La felicidad no es la falta de problemas o la ausencia de dificultades. ¿Se puede ser feliz en medio de una tormenta? Sí, porque la felicidad no es algo que esté necesariamente fuera de nosotros. El primer sitio donde debemos encontrarla es en nuestro interior. Es muy difícil ser feliz con una actitud de resentimiento o de enojo hacia la vida. Tampoco se puede ser feliz si depositamos nuestro corazón en cosas materiales o en las personas equivocadas. El vivir de manera continua un conjunto de valores nos brinda la estabilidad necesaria para sentirnos completos. La felicidad tiene mucho que ver con el vacío o plenitud de nuestras vidas en su sentido más profundo.

Pero la felicidad no está únicamente en nosotros mismos, también está en el darnos a los demás: la generosidad en la amistad, la ayuda al desvalido, el apoyo en los momentos difíciles. El volcarnos hacia los demás es una de las fuentes más preciosas para una genuina felicidad.

En este mundo actual de teléfonos móviles, internet y tecnología es fácil centrarnos en nosotros mismo y nuestros problemas y también es fácil olvidarnos de los demás. Sin embargo en la medida en la que nos preocupamos más por los demás y menos por nosotros mismos se resuelven dos problemas: el de la persona a la que estamos ayudando, y el nuestro porque nuestra vida cobra un nuevo sentido.

La felicidad también tiene mucho que ver con nuestra actitud hacia los problemas y las preocupaciones, que siempre estarán presentes en nuestras vidas de una forma o de otra, sin embargo una actitud positiva y una esperanza continua ayudan muchísimo más que una actitud pesimista, un encerrarse en sí mismo y una visión "amarga" de la existencia. La felicidad es el resultado de un esfuerzo constante para superar los problemas o de un trabajo intenso y continuado por mucho tiempo. No se es optimista porque todo sale siempre bien, sino porque aunque las cosas salgan mal, se confía en que siempre habrá personas que nos ayudarán a superar las dificultades.

El ser feliz no es un estado de ánimo, es una actitud constante; para lograr esto podemos considerar como fundamental:

- Aprender a disfrutar de las pequeñas y cotidianas cosas de nuestra vida: la conversación, el descanso, el trabajo, la naturaleza, la amistad...
Debemos ser conscientes que el afán desordenado por encontrar satisfacciones conduce a una falsa felicidad, es decir, simplemente un placer..

- Ver en nuestras ocupaciones cotidianas un motivo de Felicidad.
Cualquiera que sea nuestro trabajo, es la expresión de lo que podemos y sabemos hacer. Realizarlo con entusiasmo, bien hecho y completo se convierte en una satisfacción y nuestra carta de presentación en la sociedad en que vivimos.

- Aceptar nuestras cualidades y limitaciones sin renunciar a mejorar. Con frecuencia podemos centrar nuestra atención en las cosas que nos faltan (bienes, mejor puesto en el trabajo, capacidad de relación social). Debemos aprovechar el tiempo en encontrar todo aquello que nos ayuda a superarnos: estudiar más, prepararnos para trabajar en la labor que mejor desempeñamos o acercarnos a las personas que nos puedan enseñar y sugerir mejores alternativas.

- Tener una actitud positiva ante las personas y las circunstancias.
Esto implica la comprensión que tengamos hacia los errores y actitudes de los demás, evitando provocar problemas y conflictos. Siempre será mejor enseñar como se pueden hacer mejor las cosas, valorando el esfuerzo y los logros obtenidos
Ser perseverantes en las dificultades, esforzándonos por descubrir lo positivo de los problemas, tratando de sacar provecho de la experiencia.

- Hacer lo posible por crear un ambiente agradable: contando anécdotas, organizando pequeños torneos deportivos para los amigos o la familia, festejar los cumpleaños, ver una película que sea divertida... Por lo general no se requiere de organizar grandes eventos, lo más sencillo es lo mejor.

La Felicidad esta implícita en la vivencia de los demás Valores, cada uno de ellos nos aporta la posibilidad de llevar una vida plena, positiva y llena de optimismo.

No podemos renunciar a ser felices, aprendiendo nosotros, estamos en condiciones de hacer felices a quienes nos rodean, enseñando que la felicidad no esta en tener una vida fácil, sino en procurarnos mutuamente la alegría, el apoyo y dirección en todo momento.

Carolina Weil

 

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