martes, 29 de junio de 2010

LA RAZÓN IRRAZONABLE



El ser humano tiene un gran enemigo que lleva a cuestas toda su vida: la razón. Y no es que la razón sea, por si misma, mala o buena, sino que es incompleta para vivir nuestra vida. La razón -esa enorme capacidad mental del ser humano- es lo que le hace evolucionar, avanzar en el conocimiento de él mismo y del entorno. Además, el conocimiento, como materia prima de la mente, es acumulativo, permitiendo que un invento como por ejemplo el actual ordenador se sirva de otros inventos anteriores, como la eletricidad, por decirlo de una manera sencilla y rápida. Así, el conocimiento nos permite cada día más desentrañar nuestro entorno y avanzar en ciencias, como la Medicina, la Psicología, la Geografía... y tantas otras disciplinas humanas. Pero, como ciencias meramente racionales, los fenómenos son observados con unos paradigmas para ser estudiados: ser repetitivos en el tiempo, estadísticamente relevantes y empíricamente demostrables.

Yo, en su momento, estudié Psicología en la universidad, aunque en aquel momento no pensé ejercer como terapeuta. Al poco tiempo me dí cuenta de que la Psicología, como ciencia, tiene sus propias limitaciones pues, ante todo, debe cumplir los paradigmas mencionados, lo que, a mi entender, niega la singularidad de cada ser humano. Por decirlo de alguna manera, la Psicología estaba más preocupada por cumplir esos requisitos de toda Ciencia que en responder a las verdaderas necesidades de la Psique humana, admitiendo su innata diversidad y continuo cambio. Como suele pasar, su propia inseguridad como disciplina humana marcaba su existencia y su desarrollo. No niego la necesidad del método, ni la exigible rigurosidad de éste, sino la generalización de sus causas profundas y sus síntomas en el comportamiento humano. Algo -ya entonces- me decía que la mente humana era víctima de su propia limitación racional, ignorando que en nuestra existencia hay otros muchos factores "extraordinarios" y "anómalos" que desvirtuan la lógica de nuestra vida. Sin caer en el libre albedrío de los fenómenos "para-normales", "mágicos" o pretendidamente "espirituales", creo simplemente que la razón humana es limitada y deja sin explicación gran parte de las cosas que suceden en nuestra corta o larga existencia! Es más, creo que una vida lógica, lineal y estructurada como necesitaría la mente humana sería, sencillamente, insufrible...

Considero que, a nivel personal, el hombre se contenta fácilmente con esa dualidad aprendida -que no real en su esencia verdadera- de la mente, lo que nos hace contemplar nuestra propia vida desde dos perspectivas únicas, reduccionistas y/o excluyentes: la razón o el corazón. A la primera le otorgamos la cualidad de ser hechos comprobables, razonables y previsibles, a partir de los cuales obtenemos esa falsa sensación de control y seguridad en nuestra existencia; al segundo, el corazón, le conferimos todo aquello que escapa de nuestro control y que depende únicamente de nuestras emociones! Y claro, cada ser humano se hace víctima propiciatoria de una u otra visión del mundo, creyendo erróneamente que todo es blanco o negro, bueno o malo, positivo o negativo... romántico o racional. Y esa visión dual es contraria a la realidad, que exije de nosotros ambas visiones a la vez, con su componente mental y emocional actuando al unísono ante cualquier hecho. Eso, ni más ni menos, es la coherencia, o sea el equilibrio justo entre el corazón y la mente, que se adquiere en la madurez!

Sin duda hay personas que aprenden a sobrevivir a esa vida sin color, sin sobresaltos, reduccionista, en que todo es -aparentemente- controlado, seguro y predecible... además de solo humano! El mundo moderno actual -precisamente, en base al miedo- alienta ese materialismo-reduccionismo-racionalismo, aunque sea a cambio de alejarnos como seres humanos -cada día más- del sentido superior de nuestra existencia, en aras de una supuesta mejor adaptabilidad al entorno! Eso, sin duda, hace que mucha gente hoy viva vidas insulsas y vacías, sin hallar el verdadero sentido de la vida, pero haciéndoles vulnerables ante la incertidumbre! Otra gente, en el extremo contrario, viven vidas irreales y pretendidamente mágicas, basadas en la presunta mística del "Dios o el Cosmos proveerán"! Una y otra son actitudes fruto de la dualidad de la mente humana, incompletas ante la riqueza de la vida humana... y ambas fruto del mismo miedo!

Te traigo un interesante texto sobre el sentido común, componente de la razón que nos permite utilizarla a partir de la experiencia adquirida. Extrae tus propias conclusiones!


EL SENTIDO COMÚN

El sentido común es el elemento principal del discernimiento. Sin el discernimiento es imposible juzgar la proporción y alcance de las cosas.

Tan sólo gracias al auxilio del sentido común podrá distinguirse la naturaleza exacta de la proposición sometida al juicio y darle una interpretación conforme a la exactitud. Este último punto es esencial y debe tenerse presente en todas las circunstancias de la vida.

Sin la exactitud, el sentido común no puede desarrollarse favorablemente, pues sufre sin cesar a causa de la incoherencia que resulta de las observaciones engañosas.

¿Cuáles son las cualidades principales de que está formado el sentido común? El sentido común es la síntesis de numerosos sentimientos que concurren a formarlo:

 El raciocinio.

 La moderación.

 El espíritu de penetración

 La continuidad del esfuerzo

 La cordura, que permite aprovechar las lecciones de la experiencia

Existen asimismo otras muchas cualidades que, junto con las citadas, forman el sentido común; pero, por grande que sea su importancia, no son otra cosa que satélites de las que dejamos enumeradas.

Utilizar correctamente el raciocinio significa disecar, examinar las cosas con toda claridad antes de aceptarlas, aplazarlas o desecharlas; en una palabra, es hacer acto de voluntad consciente, y esto constituye una de las fases más esenciales de la conquista del sentido común.

El don de penetración, según un antiguo filósofo japonés, no es forzosamente un don natural. Constituye una cualidad que algunos poseen en mayor grado que los demás, pero que de todos modos debe fortalecerse con la voluntad y el ejercicio. Por lo demás, es muy fácil trabajar en la conquista de esta facultad, dedicándose a prever los acontecimientos actuales o, por lo menos, a descifrar las razones ocultas que los producen. Causas muy pequeñas producen con frecuencia grandes efectos; así pues, el don de penetración debe fijarse especialmente en los detalles significativos.

Yoritomo Tashi, “El sentido común”.

 

Tell me when this blog is updated

what is this?