miércoles, 23 de junio de 2010

VERBENA DE SAN JUAN



Sin entrar en disquisiciones y detalles históricos, quiero hablarte sobre la Verbena de San Juan, que hoy celebramos en alguna partes del mundo. Un par de días después del solsticio de verano, la hoguera de esta noche es donde se quemaban los enseres en deshuso y los muebles viejos en los hogares. Se apilaban en un llano o a la puerta de la casa y se prendía fuego, mientras la gente lo celebraba con sus familiares y amigos. Esto sucede cada noche del 23 de junio, víspera de la festividad de San Juan, aunque hoy esa mágica hoguera ha sido sustituída por los espectaculares fuegos artificiales.

Ni que decir tiene que el fuego ha sido desde siempre un elemento sagrado en todas las civilizaciones, junto a la tierra, el aire y el agua. Se le otorgaba, entre otras cosas, la cualidad de purificar las almas. Así, en la hoguera de una noche como hoy, la gente se desprendía de todo aquello que no se usaba en los hogares o que entorpecía, simbolizando todo aquello que las personas llevamos dentro nuestro y que entorpece nuestra vida y nuestro crecimiento como seres humanos. Y es que las personas, con el paso de los años, vamos acumulando hábitos, recuerdos, comportamientos, tics, etc. que -guardados en nuestro interior- condicionan nuestra vida. Desde niños, todo aquello que nos han dicho de nosotros mismos, lo que hemos vivido y lo que nos han hecho creer sobre la vida está celosamente guardado en ese concepto del "yo" que tenemos (que conforma nuestra personalidad), aunque no se corresponda con nuestra esencia o nuestra realidad cambiante. O eres "tú mismo" o bien eres "tu personalidad"...

Como suelo decir, toda esa personalidad heredada, aceptada y ajena nos condiciona e incluso nos priva de ser y de vivir tal como somos, además de impedirnos estar lo suficientemente vacíos como para recibir lo nuevo -y siempre necesario- en nuestra vida. Si uno no cuestiona lo que es y hace, no toma las lecciones aprendidas -deshaciéndose de los hechos y circunstancias concretos-, no deshecha los viejos modelos... la vida va repitiéndose cíclicamente en un bucle interminable, por el que personas con un mismo rol, las situaciones diferentes pero con un mismo sentido y las lecciones por aprender se repiten incansablemente en nuestra existencia, provocando un estancamiento personal y, lo que es peor, manténiéndonos con esa sensación crónica de insatisfacción e infelicidad personal, lamentablemente muy común y generalizada. El ser conscientes de nuestra realidad personal y del sentido de nuestra existencia exije deshacerse del lastre que todos llevamos para poder proseguir hacia nuestro Destino, lijeros de equipaje, es decir, tal y como en realidad somos.

Sin duda el ser humano -mediante su poderosa mente- tiene el poder suficiente para crear su propia realidad personal y su propia vida. Y eso, demasiadas veces, favorece el que seamos capaces de arrastrar -hasta con una cierta dignidad, resignación y/o vanidad- todo ese lastre que llevamos desde siempre, logrando incluso "estar bien" en nuestra vida. El Ego se encarga de ello! Pero, solo si tenemos la valentía de escuchar esa voz interior que todos tenemos dentro y que nos hace sentir infelices -o sea, no alineados con nuestra esencia-, tendremos la urgente necesidad de mirar qué ocupa nuestra mente y nuestro corazón, diseccionarlo, deshacernos de lo que nos distrae de nuestro cometido en la vida y potenciar todo aquello que, en cambio, nos ayuda a ser más nosotros mismos y a mejorar nuestra existencia. No hay edad para ello, ni un momento adecuado, pues éste llega cuando llega. No puede ser inducido por alguien desde fuera, ni ser fruto de la introspección ni de un esfuerzo continuado para provocar el cambio. Aunque es verdad que, generalmente, suele ser fruto de algún hecho singular y extraordinario -la aparición de una persona o de una situación "que rompe nuestros esquemas"- que actúa como precipitador o señal de ese importante cambio que busca despertar nuestra Conciencia. Aún así, el momento llega cuando llega y, aunque su aparición sea siempre cuando uno está preparado para sentirlo, la razón y la voluntad humana es suficientemente poderosa como para renunciar al cambio, dilatando el proceso o postergando su efecto en nuestra vida.

Ese es, precisamente, el gran poder de la libertad humana! Es nuestra libertad personal lo que nos mueve a seguir igual o bien a emprender el gran cambio que nos llevará a la felicidad de saber quien somos en realidad, necesario para vivir nuestra mejor vida. Porque la libertad construye una actitud y ésta determina cómo actuamos en nuestra vida y qué obtenemos en ella! O confías en lo nuevo (amas) o solo temes (miedo)... y repites lo vivido! Y ante esta opción -la aceptación del cambio- es cuando aparece la oportunidad de quemar simbólicamente todo lo que nos impide ser y vivir lo que somos, en una poética hoguera de San Juan, que celebramos esta próxima noche. Porque, además, como manda la tradición, tras la hoguera que purifica nuestra Alma hay que sorprenderse ante la salida de un nuevo sol que ilumina nuestra vida, el día siguiente. Así, esta mágica y larga noche de San Juan es una oportunidad para quemar lo viejo y abrirse al nuevo día que llega, preciosa metáfora que ejemplifica el Nuevo Amanecer del Alma.

Te deseo una feliz verbena de San Juan y que en su hoguera tengas el valor de quemar todo aquello que te distancia de ti mismo para poder acojer lo nuevo en tu vida que te ha de llevar a tu felicidad!

 

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