miércoles, 22 de abril de 2009

DEFENDER SIEMPRE SE HACE EN CONTRA DE ALGUIEN



Hay dos principios básicos en nuestra existencia. El primero es que cada persona es única, singular e irrepetible; el segundo, que el miedo nos obliga a defendernos de un enemigo invisible y dañino que somos nosotros mismos o el otro diferente, refugiándonos en el bien colectivo. Y el equilibrio del mundo depende del equilibrio de ambos principios! Sin duda, el mundo externo funciona como funciona basándose en ambos paradigmas, convenientemente explotados y, normalmente, sacando rentabilidad a la permanente o alternativa disyuntiva.

Pero más abajo, están las personas. Cada uno de nosotros somos singulares, irrepetibles y responsables de lo que acontece en nuestra vida; pero, sin negar esa necesaria individualidad, todas y cada una de las personas de este mundo comparten unos mismos valores profundos, que nos unen y deberían ayudar a entender al otro, por diverso y/o diferente que parezca. Siempre he sido un acérrimo defensor de la diversidad y la especificidad humana, de cada persona, con los rasgos personales y únicos que nos caracterizan a cada uno, a pesar de la incomodidad que eso provoca a veces en nuestra vida cotidiana y social. Pero, ese planteamiento más individual no cuestiona esa base común de valores que nos hace a todo el mundo iguales, "hermanos ante Dios, nuestro Padre", como preconiza la iglesia. Pero la verdad es que el ser humano, en la práctica existencia, teme ser demasiado él mismo y, por tanto ser diferente, lo que le hace refugiarse en lo común y colectivo, ya sea su cultura, su religión o su casta. En ellas se siente seguro y protegido ante el desatino externo y diferente. Huelga decir que tal percepción de seguridad es falsa y está provocada por el aprendido y promocionado miedo a ser. Eso explicaría las doctrinas, las tendencias políticas o ideológicas o las jerarquías sociales que creamos para protegernos y sentirnos amparados por nuestros colegas. Claro que, para ello, el miembro de cualquiera de esos sesgos sociales debe renunciar a su individualidad, cediendo su protagonismo vital a quien gobierna y mantiene la sectaria agrupación!

Pero, llega un momento en la vida en que esa casi innata, inconsciente y socialmente conveniente cesión del individualismo se cuestiona y supongo que tiene algo que ver con la madurez y con la asunción del protagonismo de cada uno frente a su propia vida. Seguramente la propia vida tiene que ver en ello, pues nos trae numerosos ejemplos y circunstancias para romper esa seguridad y replantearnos nuestro rol individual frente a la vida. Así uno pierde el miedo a ser él mismo, pero, además y contra todo pronóstico, le une realmente al prójimo ¿Acaso no sufrimos igual unos que otros? ¿Acaso no morimos todos? ¿Acaso no amamos todos de igual modo, aunque quizás con formas distintas? ¿Acaso no nos duele a todos el sufrimiento ajeno? Habrá que admitir que esas dos visiones, la individualidad personal y la colectividad humana, no están necesariamente enfrentadas, sino que son ambas necesarias y complementarias. Así, bajando al concreto, es imposible amarse a uno mismo sin amar al otro... y viceversa; es imposible crecer como persona sin ayudar a crecer al prójimo o algo tan necesario como alentar la paz en nuestra particular vida sin, como consecuencia de ello, promover la paz en el mundo! Sin duda hay dos claves importantes para explicar la mágica unión de ambas disyuntivas, aparentemente irreconciliables: La desaparición del miedo a ser uno mismo y, a la vez, ser parte del todo y, por otro lado, la conveniente desaparición del Ego sustentado en la dualidad de nuestra limitada y binaria mente humana, en favor del corazón o del Alma, esencia común e integradora de toda la especie humana. Y ese es un proceso claro de maduración y de crecimiento personal, que exije mucho amor a uno mismo, al otro y a la propia vida, confiando en que los tres sujetos son indisolubles, no excluyentes y crecen en la interacción entre cada uno de ellos!

Aquí te dejo una interesante entrevista de La Contra, en la que un antiguo miembro de la ONU relata su clarividente visión del mundo. Disfrútala!


Doudou Diène, 70 años, ex relator especial de la ONU en materia de racismo"Mientras las ramas se pelean, las raíces se abrazan". La Contra de La Vanguardia. IMA SANCHÍS - 21/04/2009

Durante seis años viajó por el mundo. ¿Qué vio?

Lo que me queda son rostros y emociones en los encuentros. Todo lo aprendemos de las otras personas.

Qué gran verdad.

... Hay que mirarlas, porque siempre te nutren de una manera profunda y misteriosa. Y también descubrí la maravillosa diversidad surgida de la unidad.

Detengámonos ahí.

En lo profundo, todos somos la misma persona. En Senegal tenemos un proverbio: mientras se pelean las ramas de los árboles, sus raíces se abrazan. Las personas podemos pelearnos por los vientos de las ideologías y de los acontecimientos; la solución no es cortar las ramas, la diversidad, sino llegar a las raíces del árbol, donde se abrazan.

Las raíces son los valores universales.

Exacto, esos que todos compartimos. El problema está en el tronco del árbol, la educación y los prejuicios que sustentan a las ramas. A lo largo de estos seis años de investigación he comprendido que el racismo es universal, lo he visto en los treinta países que he estudiado.

¿Qué lo sustenta?

En su base está el rechazo a la diversidad, cuya expresión es la tensión identitaria.

La atracción o rechazo del diferente.

... Que la política y la religión transforman en una pulsión de interés y conflicto. Debemos trabajar permanentemente esa tensión identitaria, pero lo que normalmente han hecho los gobiernos es instrumentalizarla.

Y justificarla.

Así es. El racismo, por ejemplo, hacia los judíos ha sido instrumentalizado desde los tiempos bíblicos, se le ha dado contenido. Y los pensadores ilustrados europeos, para legitimar la venta de seres humanos como mercancía, inventaron la inferioridad cultural y biológica del hombre negro.

Legalmente, el racismo está superado.

Sí, pero se trata ante todo de construcciones intelectuales que han entrado tanto en las mentalidades que se siguen cometiendo genocidios.

¿Qué es lo más triste que ha visto?

Cómo las propias víctimas del racismo practican el racismo con otras víctimas, como la tensión entre los negros y los judíos en Estados Unidos o, en Oriente Medio, entre palestinos y judíos.

Igual es condición humana.

Veamos la historia reciente: ¿cómo explicar la vitalidad del genocidio? Cada diez o quince años se masacra a grupos. La pregunta que quiero plantear es esta: cómo el padre de familia nazi que sufría cuando su hijo o su perro estaban enfermos pudo cometer atrocidades; qué parte de este hombre le convierte en un animal.

La teórica política Hannah Arendt lo llamó "la banalidad del mal".

... Y Freud, "la bestia interior". Tras la Primera Guerra Mundial, en la que hubo 10 millones de muertos, dijo: la cuestión no es por qué hemos llegado tan bajo, sino entender que nunca hemos llegado tan alto como pensábamos; el porqué es la pregunta elemental que aún no hemos respondido.

¿Cómo la responde usted?

El racismo es un iceberg: lo que combates con la ley es la parte visible; hay que llegar al fondo para cambiar las fuentes profundas, y eso hay que hacerlo desde la infancia.

¿Cómo?

Hay que reescribir y enseñar la historia de otra manera, porque todas las historias nacionales son construcciones de odio y prejuicio hacia otro. El español actual, por ejemplo, no sabe lo que debe a la cultura árabe, la historia borró ese periodo prodigioso de interacción que construyó la España moderna. ¿Y qué imagen nos llega de África?

Miseria y violencia tribal.

Exacto, pero Áfricaes más que eso. Hay que relacionar el combate contra el racismo con la construcción del multiculturalismo, donde, lo dice mi informe, ha fracasado Estados Unidos. Prohibir las discriminaciones, promover la igualdad, no es suficiente cuando cada comunidad vive mentalmente separada de la otra. Es necesario una promoción permanente de las interacciones.

¿Cómo se explica el triunfo de Obama?

En EE. UU. se da un proceso de resegregación. Se ve claro en las grandes ciudades, estructuradas en barrios, en la educación, y en las prisiones. Sin embargo, un país que ha conocido un racismo institucional violento ha elegido un negro como presidente.

Sí, ¿cómo se lo explica?

Cada estadounidense, lentamente y en profundidad, ha hecho un trabajo interno, ha analizado las luchas y los mensajes de Martin Luther King o Kennedy. Sólo eso explica que estados donde la gran mayoría es blanca, como Iowa, hayan votado a un negro.

Hábleme de Europa.

Aumenta el racismo y la xenofobia debido a un factor fundamental que está más allá de la jerarquía de razas que existe en la mentalidad europea.

Eso que acaba de decir da que pensar.

Europa vive un choque entre las identidades nacionales y las dinámicas multiculturales actuales. Cuanto más multicultural y plural es la sociedad, más los partidos políticos se refugian en las antiguas identidades nacionales, y de ahí la instrumentalización del racismo. En el discurso de estos partidos políticos siempre encontramos la noción de defensa de la identidad nacional, y defender siempre se hace en contra de alguien.

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