Hoy no me atrevo a escribir, quiero sincerarme contigo. Hay días especiales en que -sin previo aviso- surje la claridad y se hace evidente una verdad ante nuestros ojos. Sin duda surje del corazón, donde la teníamos amordazada! Y hoy la mía ha sido sobre mi actitud en la vida y todo lo que, en consecuancia, hago en ella. Entre otras muchas cosas, escribir con la pedantería de pretender enseñar sobre la vida... ¿sobre lo que tengo, lo que me sobra... o más bien lo que me falta y desearía en ella? Seguramente hay siempre buena intención en ello, incluso algo de amor por compartir contigo lo poco que sé de la vida... e intentaré pensar que a ti te sirve para algo lo que lees en mis escritos, aunque no siempre me lo digas!
Pero hoy, además de brindarte mis palabras a ti, lector, seré yo quien las lea y aprenda de ellas. Es curioso como brotando de mi corazón, muchas veces debo leerlas para aceptarlas como mías y, así, conocerme mejor a mí mismo! Porque, seguramente, es más fácil ofrecer las palabras -incluso sentirlas uno mismo- a los demás, que aceptarlas y aplicarlas en nuestro día a día. Hoy me doy cuenta de que, demasiadas veces en mi vida, excesivamente apoyado por esa virtud de expresar bien lo que siento en mi corazón, aún hago poco por vivirlo. Es como cuando hablo con álguien a quien ayudo y, mientras salen las palabras de mis labios, soy incapaz de oírlas y hacerlas mías... y para mí mismo; porque sin duda son mías, sí, profundas y sinceras pues nacen del corazón, pero que solo tienen el honesto propósito de ayudar a los demás, sin ayudarme a mí mismo. Y es que, ¿cuántas veces solo vemos al otro como alguien ajeno a quien pretendemos -ilusos- enseñarle a vivir, sin haber aprendido nosotros antes? ¿cuántas veces nuestro amor por el prójimo nos impide ver en él nuestras propias cualidades y carencias? ¿No es demasiado fácil enseñar a vivir o a amar, sin haber antes aprendido?
Porque en la vida, afortunadamente, no hay maestros ni alumnos, aunque a veces nos lo creamos! Todos aprendemos de todos. El que ayuda, del ayudado. El que enseña, del enseñado. El padre, del hijo. El sabio, del ignorante. Solo hay que reconocerlo para ser capaces de aprender siempre y en todo momento lo que la vida nos ofrece en forma de lección dada o de lección recibida. Y ante esta evidencia, ya nos valdría amar más a quien está en frente, porque éste siempre nos enseña algo... y es de bien nacidos ser agradecidos. ¿Cuántas veces sufrimos porque no nos sentimos amados o correspondidos, sin ser capaces de ver que cada persona en nuestra vida -por el hecho de estar en ella- nos ofrece una poderosa lección con su ejemplo? Muchas veces no será el modelo que querríamos seguir en nuestra vida, pero en cualquier caso siempre será el fiel espejo donde mirarnos a nosotros mismos y así crecer y mejorar en la vida. Gracias a todos los que, de alguna forma u otra, estáis en mi vida y así me enseñais -por fin- a vivirla!
A partir de ahora, mi promesa contigo y conmigomismo será que también seré lector de mis textos, además de escritor. Y te tomo a ti como insustituible testigo o como notario, de este compromiso conmigo mismo. En todo caso, algún día -pronto- enseñaré aprendiendo, que es la única forma de que las lecciones de la vida nos enseñen realmente a vivirla.
Aquí algunas frases ajenas para meditar. Siéntelas como yo hago, no las pienses ni las aceptes porque sí! Luego léelas en voz alta, escúchate, aprende de ellas y, por último, aplícalas a tu propia vida!
"El que teme sufrir, sufre de temor." (Proverbio chino)
"El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente, el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda" (Aldous Huxley)
"Si en verdad queremos amar, tenemos que aprender a perdonar (y perdonarnos, añado yo)." (Madre Teresa de Calcuta)
"El que se enorgullece de sus conocimientos es como si estuviera ciego en plena luz." (Benjamin Franklin)
"Hay espíritus que enturbian sus aguas para hacerlas parecer profundas." (Federico Nietzsche)
"La intuición es un susurro de Dios." (Erika Vertely)
"Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por cada uno excede la necesidad por el otro." (Dalai Lama)
"Es muy difícil no ser injusto con lo que uno ama." (Oscar Wilde)
"Amamos siempre a los que nos admiran, pero no siempre a los que admiramos." (Francois de La Rochefoucauld)
"A veces el amor une a dos seres que no saben nadar y viven en dos islas distintas." (Noel Clarasó)
"Tu corazón es libre, ten valor para hacerle caso." (William Wallace)
"Ser bueno es fácil; lo difícil es ser justo." (Victor Hugo)
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Pero hoy, además de brindarte mis palabras a ti, lector, seré yo quien las lea y aprenda de ellas. Es curioso como brotando de mi corazón, muchas veces debo leerlas para aceptarlas como mías y, así, conocerme mejor a mí mismo! Porque, seguramente, es más fácil ofrecer las palabras -incluso sentirlas uno mismo- a los demás, que aceptarlas y aplicarlas en nuestro día a día. Hoy me doy cuenta de que, demasiadas veces en mi vida, excesivamente apoyado por esa virtud de expresar bien lo que siento en mi corazón, aún hago poco por vivirlo. Es como cuando hablo con álguien a quien ayudo y, mientras salen las palabras de mis labios, soy incapaz de oírlas y hacerlas mías... y para mí mismo; porque sin duda son mías, sí, profundas y sinceras pues nacen del corazón, pero que solo tienen el honesto propósito de ayudar a los demás, sin ayudarme a mí mismo. Y es que, ¿cuántas veces solo vemos al otro como alguien ajeno a quien pretendemos -ilusos- enseñarle a vivir, sin haber aprendido nosotros antes? ¿cuántas veces nuestro amor por el prójimo nos impide ver en él nuestras propias cualidades y carencias? ¿No es demasiado fácil enseñar a vivir o a amar, sin haber antes aprendido?
Porque en la vida, afortunadamente, no hay maestros ni alumnos, aunque a veces nos lo creamos! Todos aprendemos de todos. El que ayuda, del ayudado. El que enseña, del enseñado. El padre, del hijo. El sabio, del ignorante. Solo hay que reconocerlo para ser capaces de aprender siempre y en todo momento lo que la vida nos ofrece en forma de lección dada o de lección recibida. Y ante esta evidencia, ya nos valdría amar más a quien está en frente, porque éste siempre nos enseña algo... y es de bien nacidos ser agradecidos. ¿Cuántas veces sufrimos porque no nos sentimos amados o correspondidos, sin ser capaces de ver que cada persona en nuestra vida -por el hecho de estar en ella- nos ofrece una poderosa lección con su ejemplo? Muchas veces no será el modelo que querríamos seguir en nuestra vida, pero en cualquier caso siempre será el fiel espejo donde mirarnos a nosotros mismos y así crecer y mejorar en la vida. Gracias a todos los que, de alguna forma u otra, estáis en mi vida y así me enseñais -por fin- a vivirla!
A partir de ahora, mi promesa contigo y conmigomismo será que también seré lector de mis textos, además de escritor. Y te tomo a ti como insustituible testigo o como notario, de este compromiso conmigo mismo. En todo caso, algún día -pronto- enseñaré aprendiendo, que es la única forma de que las lecciones de la vida nos enseñen realmente a vivirla.
Aquí algunas frases ajenas para meditar. Siéntelas como yo hago, no las pienses ni las aceptes porque sí! Luego léelas en voz alta, escúchate, aprende de ellas y, por último, aplícalas a tu propia vida!
"El que teme sufrir, sufre de temor." (Proverbio chino)
"El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente, el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda" (Aldous Huxley)
"Si en verdad queremos amar, tenemos que aprender a perdonar (y perdonarnos, añado yo)." (Madre Teresa de Calcuta)
"El que se enorgullece de sus conocimientos es como si estuviera ciego en plena luz." (Benjamin Franklin)
"Hay espíritus que enturbian sus aguas para hacerlas parecer profundas." (Federico Nietzsche)
"La intuición es un susurro de Dios." (Erika Vertely)
"Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por cada uno excede la necesidad por el otro." (Dalai Lama)
"Es muy difícil no ser injusto con lo que uno ama." (Oscar Wilde)
"Amamos siempre a los que nos admiran, pero no siempre a los que admiramos." (Francois de La Rochefoucauld)
"A veces el amor une a dos seres que no saben nadar y viven en dos islas distintas." (Noel Clarasó)
"Tu corazón es libre, ten valor para hacerle caso." (William Wallace)
"Ser bueno es fácil; lo difícil es ser justo." (Victor Hugo)
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