lunes, 13 de julio de 2009

¿PORNO AMOR?



Seguramente el sexo es una de las manifestaciones o expresiones más maravillosas del sentimiento de entregarse mutuamente dos personas. Pero como suele pasar, a la vez, también es uno de las grandes debilidades del ser humano. La diferencia radica en si lo consideramos un fin en sí mismo o bien un medio para manifestarnos como personas. Claro que, en este último caso, tiene una premisa implícita: ser personas y no ser simplemente aprendices de personas. Y perdoname la ironía en esto, pero creo que es un supuesto que se da, pero no siempre se cumple. Más allá de los límites del sexo en el entorno moral que nos han impuesto o de los condicionantes sociales que lo enmarcan y, a la vez, lo coartan, particularmente creo que es una decisión personal e intransferible de cada uno con su libertad y su conciencia (como todos los otros ámbitos personales), el sexo no es algo tan especial y raro como para no contemplarlo como lo que es: una necesidad y, a la vez, un privilegio personal para compartir, queramos o no aceptarlo.

Para considerarlo así deberíamos aceptar -como suelo decir- que no es una debilidad en sí, ni un instinto puramente animal y "bajo" del que debamos rehuir o avergonzarnos. Precisamente porque el ser humano -a diferencia del resto del Reino Animal- tiene la capacidad de dotarle de un sentido propio y elevado tanto como quiera, como todo lo que hace en su vida. Sin necesidad de sublimarlo ni de despreciarlo, el sexo sin sentido, tiene poco sentido (valga la redundancia) y, de esa manera, no solo no nos llena, sino que nos vacía del sentido de nuestra existencia y como personas. Se puede vivir "temporalmente" así -sin sentido-, pero qué gran diferencia cuando lo tiene, como todo lo demás de nuestra vida cotidiana! Es más, cuando uno aprende a buscar el sentido a todo lo que hace como persona, la vida cambia y aprovecha todo lo que ésta ofrece, en toda su amplitud. Creo, sinceramente, que cuando uno encuentra la magia, la singularidad y el sentido al sexo, es difícil conformarse con menos, por no decir imposible! ¿Hacer el amor... o "joder", "fornicar" o "follar" (con perdón), como se le denomina popularmente o cuando no hay otra implicación entre sus protagonistas? ¿Mera contrapartida del compromiso personal, la consolidación social de una pareja o un paso más en el crecimiento nuestro como persona integral y plena? ¿Un ejercicio de distensión ante el estrés o la ansiedad? ¿Una manera de creerse capaz de dominar un instinto natural y básico o simplemente una transgresión personal de las normas establecidas?

En todo caso, las comparaciones son siempre odiosas! Y la conciencia de cada uno es la que es y la oye o no, según le convenga! Pero la evidencia del propio cuerpo durante el sexo separa claramente el sexo con sentido, del sexo transitorio, demasiadas veces acrobático y exhibicionista, del sexo como conveniencia ante uno mismo o ante el otro. Evidentemente podemos disfrutar de él sin hacerlo necesariamente trascendente ni mágico, pero cuando uno ha vivido o soñado esta trascendencia o esa experiencia mágica alguna vez en su vida, resulta difícil renunciar a ella, no es solo placer concedido, sino se convierte en un magnífico éxtasis compartido, que no es lo mismo! Porque el sexo con amor de verdad es entrega corporal y espiritual, total y mútua... y el cuerpo lo manifiesta abiertamente, convirtiendo el simple -y necesario- placer en una fusión de dos seres humanos con sus dos almas que se buscan! Si no, se convierte en un arma arrojadiza entre dos aprendices a persona que intentan -a través del sexo- dominar o ser dominados, conquistar o ser conquistados, poseer o ser poseídos o, simplemente, entregarse al ciego deseo, sin importar para qué o con quién lo comparten! Hay quien incluso lo justifica con el presunto "enamoramiento", claro que, en la práctica, por eso dura lo que dura! Por favor, llamémos amor al amor, sexo al sexo y al sexo con amor, simplemente amor expresado!

Como he comentado antes, el sexo con sentido es la verdadera y profunda razón de su existencia. Le otorga la espontaniedad, la total entrega y la fusión de las almas, siempre y cuando ambas personas seas realmente personas completas y se entreguen mutuamente como tales, sin zonas opacas, miedos ni intereses ocultos. Particularmente creo que no podría vivirlo de otra manera! Siempre debe haber sentimiento (llamémosle amor exclusivo, afecto, amistad o como uno quiera delimitarlo), al menos el suficiente para que me pueda abrir como ser humano con todo lo que eso comporta, así como que la otra persona se abra a mí de la misma manera y mediante el mismo idioma corporal! Ser yo mismo, sentirlo intensamente y dejar fluir el deseo como aspiración a compartir con otro ser especial y único (¿no es eso amor?) que también es él mismo, lo siente intensamente y que deja fluir el deseo como aspiración a compartir conmigo (¿no es eso también amor?) garantiza un momento singular, siempre irrepetible y mágico, simplemente porque ambos protagonistas lo somos y le damos ese sentido! Y, perdón, eso significa ser persona y, como tal, ser verdaderamente protagonistas, entregándonos al sexo como manifestación de nosotros mismos y de nuestra grandeza. Lo otro, lo que denominamos sexo sin amor, un instinto perenne e imparable, una necesidad de huir momentáneamente de la soledad, la consolidación de un proyecto común o el simple ejercicio de amarse a uno mismo a pesar del otro, no tiene nada que ver con el sexo con amor de verdad. El primero nace de la falta de libertad de ser; el sexo con amor necesita de la libertad para ser pleno!

Hasta aquí he obviado expresamente conceptos usualmente cercanos al sexo, como la procreación, la esencia divina del mismo o la institucionalización del mismo (léase matrimonio y similar). Creo que eso depende de la conciencia personal y de cómo cada uno responda a ésta en su vida!

Aquí te traigo una entrevista de La Contra de La Vanguardia, en la que una ex-actriz pornográfica llegada a presunta doctora del sexo intenta explicarnos un punto de vista más elaborado del sexo. Extrae tus propias conclusiones.


ENTREVISTA A ANNIE SPRINKLE "Si estuviéramos satisfechos sexualmente el mundo sería más pacífico y feliz". La pornostar y doctora en sexualidad considera que el porno es un reflejo de la sociedad

Javier Rada Madrid La Vanguardia 10/07/2009.

Ex actriz porno. Artista/puta multimedia, performancer, escritora, ecosexual, neo prostituta sagrada, educadora sexual, fotógrafa, activista por los derechos de los trabajadores sexuales, fuente de inspiración académica, reconstructora de la imagen pornográfica, e impulsora de una segunda revolución femenina o post feminista. Además de ser la primera actriz porno en conseguir un doctorado en sexualidad, por la universidad de San Francisco (EEUU). Ha dirigido películas tan célebres como Deep Inside Annie Sprinkle, en la que no dudaba en mostrar su vida personal, real, sin tapujos, con fotografías de la adolescencia, y todo junto a escenas de porno sin paliativos: un impacto para el cerebro, confusión en las conciencias. Capaz también de mostrar en un teatro su cérvix (cuello uterino) al público mediante un espéculo (instrumento ginecológico) para celebrar el verdadero cuerpo femenino. Polémica y elevada a los púlpitos postmodernos. La honra de la puta convertida en líder de masas.

Su adjetivo es gurú. Su signo: la influencia. Es una generala de la batalla por la libertad sexual. Luchó en el bando de las feministas pro sexo, en los setenta, ochenta, y aún hoy. Esa barricada de las chicas que no se oponían a la pornografía, sino que optaban por apropiarse de ella. Querían recuperar la sexualidad perdida, romper los roles y poner los pechos sobre la mesa. Empezó de muy abajo, y quizás pareciera que en el lado contrario, siendo una prostituta de un salón de masajes. Pero no. De la prostitución nació el germen de la performance, y de la performance, y tras muchas películas porno, la raíz de una bandera.
Hoy ondea en las más prestigiosas universidades, dentro de la nueva generación de feministas, entre curators de las salas de arte contemporáneo, y en las rebeldías homosexuales o queer. No es el general Patton. No es Custer. No es MacArthur… ¡Ella es amor y ecología, política positiva!, dice. Es la estadounidense Annie Sprinkle.

Ha inventado la palabra post porno, regenerado el feminismo, y buscado nuevos caminos de excitación para mujeres y hombres…

He sido pionera en muchos sentidos. Pionera del docuporno, post porno, porno transexual, porno feminista, art porno. He trabajado en la gran variedad de pornografías que existen con un objetivo: despertar la curiosidad, abrir nuevos caminos. Es un error hablar de una sola pornografía, debemos hablar de pornografías, porque no es algo que exista en un único sentido. El porno es simplemente un reflejo de las visiones que nuestra sociedad tiene del sexo, y de las mujeres y de los hombres y del amor. Ha invadido todas las tecnologías desde el vídeo casero hasta Internet. Es líder en nuestra cultura aunque algunos no quieran enterarse.

¿Qué caminos pueden abrirse con sus performances y videos?

Bueno, creo que existe un gran vacío en cuanto a investigación sobre la sexualidad. Sería bueno que se investigara más. Investigo en el amor, y las relaciones entre las personas. Yo empecé en la prostitución y el porno duro. Y ahora soy artista multimedia, profesora, estudiante, empresaria utópica. Me interesa más el arte que un sex shop. En el arte puedes encontrar más libertad a la hora de expresarte. El problema es que a los investigadores les cuesta conseguir dinero para explorar este tipo de cosas.

¿Y la reivindicación feminista dentro de la sexualidad y la pornografía?

El hecho es que la participación de la mujer en la pornografía y la representación de la sexualidad es algo relativamente nuevo. Existen representaciones sexuales explícitas desde tiempos de las cavernas. Pero la mayoría fueron creadas por hombres. Sólo en ocasiones, participaron las prostitutas en estas creaciones artísticas.

La mujer como objeto pero apartada de la sexualidad creativa…

Desde la época victoriana hasta los principios de los sesenta, la mujer fue apartada de la representación de la sexualidad y no tenía derecho a ver pornografía. El movimiento feminista se ha visto por tanto seriamente afectado en relación a lo que el porno llega a mostrar. Yo creo que el feminismo, con mujeres libres, debe desarrollar la sexualidad. Pero ha existido dos vertientes de feministas, la anti porno, y las pro sexo. Creo que la "guerra del porno" que se libró en las pasadas décadas la hemos ganado las pro sexo. Al menos, hasta el momento.

¿Se considera una activista sexual?

Principalmente creo que soy una artista. También educadora. Soy la primera pornostar en conseguir un doctorado en sexualidad humana. También he publicado libros. En cierto modo me veo como una activista porque creo en la libertad de expresión y en que nuestra cultura puede madurar, estar mejor educada respecto al sexo y obtener la libertad de escribir sobre ello, rodar sexo, hacer porno. No creo que todo el porno sea bueno, maravilloso o importante. Pero sí que lo es la libertad de hacerlo.

¿Cuál es el papel de la performance artística en su ideario?

Estoy interesada en estimular el intelecto, el corazón y las tripas. Tras años haciendo porno para excitar sexualmente a la gente, ahora tengo otras prioridades. Quiero invitar al público por nuevas sendas, conceptualmente hablando. Hacerles pensar, reír, hacer de ellos más políticos y sexualmente positivos.

¿Cual sería su manifiesto?

Creo que todos queremos y necesitamos el amor. Y el sexo es una buena manera para que la gente genere y reciba amor. Es bueno para el cuerpo. Pero el sexo también es un elemento político. La sexualidad y la salud sexual son un tema feminista. Hay mucha gente en todo el mundo que está disgustada o le molesta el sexo, lo desconocen y tienen miedo de la sexualidad, por ello quieren esconder la expresión sexual. Para poder crecer como sociedad necesitamos una mejor educación sexual, apropiada para todas las edades.

¿Y el arte es un medio para cambiar conciencias?

Es por ello por lo que estoy metida en el arte, y la performances, y no ya en el porno comercial. He actuado en algunos de los principales museos y teatros del mundo. El arte te permite saltarte las censuras que imponen otros formatos, como por ejemplo un peep show o un teatro burlesco. Estoy convencida de que si la gente estuviera más satisfecha con el sexo el mundo sería un lugar mucho más pacífico y feliz. Quiero extender el amor, educar en el sexo, y hacer buen arte. Esos serían mis objetivos.



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