jueves, 17 de diciembre de 2009

LUCES Y TINIEBLAS



Personalmente estoy viviendo una época de apasionantes y grandes cambios en mi vida, no sin una cierta inquietud! Hoy estoy siguiendo lo que, creo firmemente, es mi misión en la vida: ser honesto conmigo mismo, vivir coherentemente e intentar iluminar la vida de los que me rodean! Su primer y más evidente efecto ha sido el reproche velado o no y el distanciamiento de ciertas personas que hasta ahora configuraban mi vida cotidiana! Ello, a ratos, provoca mí perturbación (¿o es simple miedo?). Pero mi ansia de seguir adelante con mi misión suele poder más que los comentarios, las ausencias o los silencios de esas personas que, seguramente, dejaron de tener sentido que estuvieran hoy en mi vida, al menos por ahora.

Mucha gente teme y se defiende ante lo que consideran una amenaza contra su propia vida elegida o, lo que es lo mismo, su ceguera cómoda o la incoherencia en su modo de vida. No permiten que alguien más puede evidenciar su sentimiento de impotencia y, con argumentos o sin ellos, buscan cualquier excusa para atacar o defenderse de esa intromisión ajena en su vida y deciden alejarse de ella... o de ellos mismos, aunque sea por el momento! Pero lo mejor es que tienen derecho a hacerlo! Yo mismo lo hice durante demasiados años de mi vida! Porque es verdad que no siempre y en todo momento nos gusta cuestionarnos o remover nuestra vida, preferimos dejarnos dominar por el miedo y deslizarnos por lo viejo conocido! Pero es una cuestión de tiempo, pues sin duda el Alma sabe más que nuestra mente obtusa... y acabará haciéndonos reencontrar con nuestra verdad, esa que hoy quizás tememos! Esa es quizás la principal razón para tener confianza en la vida y, a la vez, para creer que ella acaba por poner las cosas en su sitio, en el momento adecuado y no siempre cuando lo esperamos! Porque nuestra verdad es... y basta que dejemos la mentira para que, tras ella, se muestre con toda su entereza!

Supongo que es parte del juego de esta vida, en la que uno crece, precisamente, haciendo frente a esas aparentes adversidades, pero prosiguiendo más firme y a pesar de ello, con lo que cada uno ha decidido hacer con su propia vida. Así, por el camino hacia uno mismo, uno aprende -tal vez a través de errores- a saber esperar que llegue el momento adecuado, a confiar en la vida y a ser perseverante con uno mismo en nuestros propósitos profundos, pues es la única manera de alcanzar la meta! Si ello además implica cambiar de gente y de escenario en nuestro entorno habitual, acoger a otras nuevas personas inquietas y/o esperar que regrese quien merece estar en nuestra vida porque aún tiene su papel importante en ella, pues adelante con la misión, es la vida que elegimos!

Hoy, precisamente, me reencontraré con una de esas personas que estuvo anteriormente en mi vida...¿y que nunca lo dejó de estar del todo, aún en la distancia?? Esa persona querida, después de casi tres años de ausencia, "coincide" de nuevo en mi vida, en un mismo momento vital que el mío: está intentando buscarse a sí misma y hacer de ello un nuevo modo de vida! Nos reencontramos "por causalidad" en el momento preciso, cuando ambos necesitamos reafirmar -y escuchar- que somos soberanos de nuestra vida para dejar de ser meros espectadores de lo que en ella sucede! Sin duda, la vida sabe más que nosotros y elige el mejor momento para darnos aquello que necesitamos en cada momento!

Mi amiga virtual Cori nos ilumina, de nuevo, el camino con este texto. Disfrútalo...


TU LUZ

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.

En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:

- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:

- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...

- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite. Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás... ¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...

¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!

Meditémoslo

¿COMENTARIOS, OPINIONES? PARTICIPA EN NUESTRO FORO DE OPINIÓN

http://forocontigomismo.ning.com

 

Tell me when this blog is updated

what is this?