Sin entrar en presuntas terapias de la risa y similares, cada vez más creo que una sonrisa es la más poderosa manera de afrontar la vida! ¿Por qué es lo primero que perdemos ante la menor contrariedad, ante un conflicto por nimio que sea o cuando una relación no va como querríamos? En un mundo opulento, autocomplaciente, vacío y artificial somos incapaces de mantener nuestra sonrisa más aparente! Los cirujanos estéticos se empeñan en estirarnos la piel, eliminarnos las arrugas producidas por la edad y en mantener turgente y joven nuestro cuerpo, en vez de procurarnos una sonrisa eterna y contagiosa en nuestro rostro, símbolo más que evidente de nuestra pretendida felicidad y de nuestro bienestar... del Alma!
No hace mucho escribía una singular historia real (*) que me dio por llamar de "amor rural", ya que ambos protagonistas viven en el campo, junto con sus encantadores hijos! Hoy, con su permiso, vuelvo a recordarte que el amor y su manifestación a través de una amplia y sincera sonrisa es el mejor antídoto ante la incertidumbre y la adversidad... y es presagio de la felicidad! Aquí -y no me extendré mucho, habla mejor la imagen que te muestro- puedes ver la sonrisa de esperanza de Rafa durante el tratamiento médico al que fue sometido en Alemania hace escasos días!
Frecuentemente me pregunto a mí mismo, ¿por qué alguien como Rafa, una niña de 6 años rescatada de un terremoto tras días bajo los escombros o un modesto niño con hambruna de Africa son capaces de sonreir a la vida, por dura que la vivan, y, en cambio, personas presuntamente sanas, equilibradas y con una vida plácida -que incluso caemos en la rutina del bienestar artificial- somos incapaces de esbozar una simple sonrisa de alegría como ellos? ¿Será verdad que el ser humano necesita de la adversidad -propia y ajena- para ser verdaderamente consciente de su grandeza, de su fuerza ante las dificultades y de su inquebrantable voluntad para vivir lo que merece... aunque la vida a veces se lo niegue? ¿Necesitamos perder la vida para valorarla, al fin? ¿Necesita el mundo de la guerra para sobrevivir o medrar? ¿Necesitamos destruir el Planeta para descubrir que lo necesitamos para vivir, así como éste necesita de nosotros para sobrevivir? ¿Somos incapaces de ver que la adversidad, lamentablemente, es lo único que nos hace crecer y mejorar en nuestra vida...? ¿Y aún tenemos la desfachatez de sollozar y recriminar a la vida por brindarnos sufrimiento, aunque gracias a él recuperemos la alegría a través de una franca sonrisa?
Hoy solo te pido una sonrisa sincera... como la de Mar y Rafa!
