jueves, 15 de abril de 2010

SER FIEL A UNO MISMO POR ENCIMA DE LOS MIEDOS...



Si hay algo seguro en nuestra vida es que, por una u otra causa, llegaremos a encontranos con nosotros mismos... todos y cada uno de nosotros! Aunque no lo queramos aceptar, aunque nos cueste, aunque sentenciemos de por vida a alguien que nos ha hecho sufrir... cada persona tiene y tendrá el privilegio de encontrarse a sí misma! Seguramente tardará más o menos, dependerá de la resistencia que oponga a ello, pero un buen día se reencontrará y, desde ese momento, iniciará su particular camino hacia la felicidad que merece!

Mientras, es posible que sufra, que renuncie a ella misma en aras de una felicidad pasajera o artificial, puede que incluso dañe a otras personas haciéndolas sufrir o que incluso sueñe con quitarse la vida... pero hay un vigia eterno que, desde dentro, velará siempre por su descubrimiento, la Conciencia! La vida le ofrecerá oportunidades que puede rechazar o esquivar, las personas de su entorno le brindarán la posibilidad de mirarse y aprender de sus fortalezas o debilidades, su inteligencia dejará paso a su corazón para tomar decisiones importantes en su vida... todo se engranará a la perfección para que, llegado el momento preciso, se descubra a sí misma tras sus pensamientos caducos, su erróneo concepto de sí misma o gracias a su vital sufrimiento!

Y sabrá que se ha encontrado a sí misma cuando en sus ojos transmita esa paz y ese sosiego que todos anhelan, cuando aprenderá a vivir un amor sin renuncia y sin esperar nada a cambio, cuando tendrá la necesidad imperiosa de compartir lo aprendido hasta ese momento, tendiendo la mano a quien sueña con iniciar su propio camino! Esa es la fuerza que mueve a las grandes personas que han cambiado el mundo con su empeño... y su amor. Pero no te engañes, no vayas a creer que esas personas son necesariamente héroes, mandatarios ilustres o célebres personalidades reconocidas públicamente... seguramente son personas como tú y como yo que, desde la discreción, palabra a palabra, gesto a gesto, mirada a mirada, silencio a silencio, generamos un segundo de duda ante el error o de esperanza en uno mismo, arrancamos una sonrisa o compartimos un tierno abrazo con quien lo necesita! Da igual si lo haces desde una ingeniería, desde un hospital, desde un libro, desde una escuela, desde el campo... cada uno de nosotros tiene el talento necesario y conoce sus propias herramientas para lograrlo! Tampoco creas que el éxito llegará de la mano de un premio, un aplauso, un reconocimiento o siquiera un agradecimiento! Crecerá -como tú lo haces- hora a hora, día a día, mes a mes, año a año... y, como la vida misma, irá acompañado de cimas y valles, de alegrías y de penas, aunque ese camino, no lo dudes, te llevará siempre a tu propio Destino!

Aquí te traigo una interesante entrevista de alguien que descubrió su propio camino y, para seguirlo, tuvo necesariamente que romper sus esquemas y vencer sus miedos... como cada uno de nosotros logra cada día que cuestiona lo que piensa, siente y vive! Extrae tus propias conclusiones...


Tomeu Català, 68 años, presidente del Proyecte Home en España. "Yo no creo en la resurrección, veo la resurrección cada día"
La Vanguardia.IMA SANCHÍS - 13/04/2010

¿Cuándo sintió la llamada?

Alos 16 años, y no quise escucharla, el celibato me iba a contrapelo y la pobreza no me gustaba, había estado educado en el tener.

Dos razones poderosas.

Al final fui fiel a mí mismo por encima de los miedos. Creer en Dios está más allá de los dogmas. Y yo intento ir más allá de la apariencia, me interesa lo profundo del otro, y si puedo llegar, la relación es fluida y fácil. Esas son mis creencias.

¿Sin crisis?

Tres o cuatro años después de entrar en el seminario tuve mi primera crisis de fe. Yo oraba: "Si es que existes, haz que lo vea".

¿Lo vio?

Lo viví, me di cuenta de que Dios era una realidad; la aceptaba o no la aceptaba.

Y su vida se convirtió en docencia y parroquia.

Quería formar personas. Y surgió el problema de las drogas, una epidemia de heroína, y el gobierno y el obispo me pidieron ayuda. Estudié el tema y entendí que las causas de la drogodependencia son humanas, culturales, personales y sociales. Italia nos llevaba la delantera, allí nos formamos e importé su proyecto.

Un proyecto aconfesional.

Eso me parecía importante: la libertad. El proyecto debía estar abierto a todo tipo de personas: no nos importa de dónde venga; la única condición es que quiera ser protagonista de su rehabilitación.

¿Qué ha aprendido en estos 20 años?

Que por destruida que esté una persona siempre tiene capacidad para recuperarse, aunque lo haya intentado cientos de veces. Decir que una persona no tiene remedio es no creer en las personas. Y no es una teoría o una esperanza, ¡yo lo veo, lo toco, lo vivo!

...

... Y también he aprendido que, más allá de las apariencias, existe algo muy tierno que todos tenemos, hay que saber encontrarlo.

¿Y usted cómo lo encuentra?

Estando abierto, escuchando no lo que me dicen, sino lo que hacen, acompañando, exigiendo, provocando. Yo estoy convencido de que, más pronto o más tarde, toda persona, con o sin adicciones, en algún momento de la vida conecta con lo profundo de sí misma. Si estamos lo suficientemente atentos, esa conexión nos puede revolucionar.

Pero siempre hay un motivo motor.

Es posible que la mecha la encienda algo externo: un hijo, la familia, un juez, tocar fondo... Si en ese momento sabes escucharte y hacer algo con esa revelación, el cambio sucede. Normalmente, alguien con problemas de drogas no vive el presente, o bien piensa en el futuro y hace planes que no lleva a término, o vive en un pasado desgraciado. Hay que ayudarles a vivir en el presente.

¿Un presente vacío?

El presente no es complicado: ducharte, prepararte el café...; estar presente en lo que haces.

No es fácil cambiar de hábitos.

Hace siete años tuve un infarto, y a mis 61 años tuve que cambiar hábitos; sé que no es fácil, pero es posible. Renuncié a muchas cosas y empecé a valorar otras en las que no me había ni fijado. Sólo tú decides cómo quieres vivir.

Esa es una verdad que solemos vestir con excusas.

Por eso el infarto ha sido uno de los grandes regalos de mi vida. Estuve más de una hora sobre el volante, no podía moverme, el dolor era inmenso y tuve la sensación de que moría. Pero tuve dos experiencias fortísimas: vi pasar imágenes de personas a las que quería mucho, vivos y muertos, y lo viví con mucha paz. Nunca había estado tan bien.

Qué curioso.

Entendí que el amor es lo esencial en la vida, valorar el afecto de los otros. También pensé que debía pedir perdón antes de morirme, pero no encontré nada de lo que arrepentirme. Después, reflexionando..., porque ahora sí recuerdo cosas por las que pedir perdón, he llegado a la conclusión de que cuando Dios perdona, olvida. Y yo quiero aprender esa lección.

¿Que sólo existe hoy?

Sí, que lo importante es este momento.

¿Y si el momento es insoportable?

Mucha gente se droga por eso, para no sentir ese dolor; pero será en un momento dado cuando decida que así no quiere vivir.

Usted ve mucha miseria, ¿cómo lo resuelve con Dios?

Estuve en una parroquia celebrando la Pascua y me salió decir: "Yo no creo en la resurrección, yo veo la resurrección cada día". Dios es la posibilidad que tenemos todos de hacer el bien, y haciendo el bien provocamos que otro pueda encontrar a Dios en su interior. Debemos descubrir que Dios está en todo, no querer ponerlo en todo.

¿Por qué algunos sufren tanto y otros tan poco?

Nunca he conocido a nadie que no haya sufrido, sea del estatus social que sea y aparente lo que aparente. Una persona me preguntó: "Tú que los ves de cerca, ¿cómo son los drogadictos?"... "Como tú", le contesté. Sufrimiento y alegría hay en todas partes, lo importante es la actitud ante lo que ocurre.

Ocurren muchas cosas.

Hace cuarenta años y pico, la gente del pueblo en el que vivía no podía estudiar: para eso había que ir a la ciudad. Decidí estudiar una carrera para poner un colegio en ese pueblo. Ante una necesidad, responde.

 

Tell me when this blog is updated

what is this?