lunes, 3 de mayo de 2010

EL SUFRIMIENTO... PROPIO Y AJENO



Quizás el sufrimiento es de las cosas que más nos cuesta tolerar en nuestra vida. A menudo olvidamos que el sufrimiento con sentido es algo necesario, que nos enseña a madurar y a ser conscientes de nuestra realidad más intima. La confortabilidad, el bienestar, la felicidad... solos y en sí mismos, nos conducirían al estancamiento personal, a la complacencia y al ostracismo en nuestra vida. Porque la vida no es más que un tránsito oscilante entre la felicidad y el sufrimiento, permitiéndonos disfrutar alternativamente de la alegría del compartir y de la indagación en nosotros mismos. No hay nada bueno ni malo en nuestra vida, todo es necesario en su justa medida: una cierta dosis de cordura y otra, de locura; gestionar lo conocido y esperar con confianza lo desconocido; vivir para compartir nuestra felicidad y, a la vez, sentir para madurar, a través del sufrimiento. Siempre y cuando todo eso tenga verdadero sentido!

El sufrimiento con sentido no es aquel otro que aceptamos como actitud victimista en la vida, fruto del miedo perenne y de la angustia vital ante lo que desconocemos y tememos o, simplemente, porque no cumple las expectativas ante lo que programamos para nosotros mismos y creemos merecer.

Porque aceptar el sufrimiento enherente en nuestra vida es lo que nos permite entender muchas otras cosas que en ella pasan. Entre ellas, el sufrimiento ajeno! El sufrimiento propio o ajeno de una población afectada por un terremoto, por una epidemia o por un conflicto bélico... nos pone alerta ante las carencias de este mundo loco y nos exije una actitud activa y solidaria, incluso a los meros espectadores! Como padres, el sufrimiento de un hijo nuestro -o de un familiar cualquiera- que sufre ante la incertidumbre o ante una dolencia, nos demanda atención y cariño... Pero demasiadas veces intentamos huir del sufrimiento -propio o ajeno- o bien le ponemos el pesado lastre de considerarlo injusto! Ni que decir tiene que huir del sufrimiento es algo absurdo, es intentar evadirnos de algo que nos ayuda a crecer mostrándonos un cambio necesario en nuestra vida. Y considerarlo injusto, simplemente lo prolonga en el tiempo o nos invita a padecerlo más de lo necesario!

Si entendiéramos bien que el sufrimiento es necesario para nosotros y para los demás, dejaríamos fluir la vida sin miedo y nos liberaríamos de muchos de nuestros males y fantasmas internos, como el miedo al fracaso, la excesiva preocupación ante lo desconocido en nuestra vida... es decir, nos distrairíamos menos con lo demás y, al fin, viviríamos más intensa y realmente nuestro "yo" y nuestro "presente", teniendo en cuenta las señales que nos envía a vida para alinearnos y para seguir creciendo como seres humanos. ¿Cuántas veces evitamos vivir lo que llega, por miedo a sufrir un desengaño o que no se cumplan nuestras espectativas? ¿Cuántas veces nos resistimos a sentir algo que sentimos, por evitar un nuevo fracaso? ¿Cuántas veces gastamos nuestra energía para evitar un posible sufrimiento propio o ajeno? Deshacernos de esta actitud de miedo al sufrimiento es entender que, como personas, padres, hijos, hermanos, compañeros, amigos, amantes... o como concuidadanos de este mundo, debemos confiar en la vida, aceptar de ella tanto la felicidad como el sufrimiento y, sobre todo, tener el valor de vivirla cada uno y cada segundo como si fuera el último, sin preocuparnos (ocuparnos con antelación) del pasado ni del mañana, ni del de al lado, ni intentando evitar lo inevitable... y gracias a todo ello, creciendo paso a paso!

Sé que a muchas personas que lean esto, cansadas como están de sufrir, de padecer circunstancias adversas y de recordar -y algunas regodearse, por qué negarlo- malos momentos en su historia, les parecerá algo gratuíto y ajeno -e incluso absurdo- este razonamiento mío sobre el sufrimiento! Tan solo desearía hacerles reflexionar si hacer lo contrario, es decir, tratar desesperadamente de huir del sufrimiento o tratar de olvidarlo, les ha permitido realmente cambiar su vida o solucionar su crónico sufrimiento! ¿No será que cuanta más energía gastemos en evitar el sufrimiento, más veces la vida nos lo provoca para que, al final, aprendamos lo que debemos aprender? ¿No será la felicidad tan buscada, precisamente, dejar de ofrecer resistencia a lo que realmente sucede y sentimos en nuestra vida? ¿No habrá que mirar el sufrimiento de cara para aprender a gestionarlo a su debido tiempo, para que no se deposite bajo la alfombray vuelva a aparecer de nuevo más adelante en nuestra vida?

 

Tell me when this blog is updated

what is this?