miércoles, 26 de enero de 2011

ABANDONAR LAS ESPECTATIVAS... AJENAS



Hasta hace poco, en mi vida, siempre tenía deseos y espectativas que alcanzar! En sí, no es malo tener la vista puesta en el futuro, pero sí lo es vivir solamente para cumplirlas y obviando el presente. En la sociedad se nos exije tener la vista al frente, lo que demuestra empuje e iniciativa para emprender. Pero el caso es que la vida no siempre está de acuerdo con nuestros planes o, en cualquier caso, decide cómo y cuándo los alcanzaremos...

Desear o tener espectativas concretas es solo aceptar una única respuesta a nuestros esfuerzos por conseguir algo! Y en nuestro mundo esa perseverancia y esfuerzo se nos dice que tiene su recompensa! Y, por ejemplo, en el campo meramente profesional, la duda es clara ¿Acaso a más trabajas, más rico eres? ¿O a más profesionalidad, más considerado y reconocido eres en el mundo empresarial o insitucional? Más bien diría que, salvo contados y anómalos casos, es completamente al revés! En este mundo loco lo premiado es la presunta lealtad, la sumisión y, en la mayoría de los casos, incluso la mediocridad y la falta de iniciativa! Lo otro -la responsabilidad, el liderazgo y la autodeterminación- es lo que da miedo y/o incomoda, en unas estructuras arcaicas y excesivamente rígidas, "monoteístas" (una sola autoridad, incuestionable) y poco humanas! Así pues ¿tenemos realmente lo que merecemos... o solo lo que creemos merecer?

Dedicar nuestro esfuerzo, como hemos comentado anteriormente, no siempre es recompensado y, menos aún, reconocido por los demás! Y eso es extensible a cualquier ámbito de nuestra vida! La recompensa, entonces y en todo caso, no puede ser otra que la propia satisfacción y la realización de cada cual como persona. Cuando uno actúa desde dentro y sin esperar nada a cambio, cualquiera que sea el resultado, será bien recibido, pues la recompensa ya la hemos estado disfrutando al realizar la acción! Si, además, obtiene el reconocimiento y el éxito ante los demás, mejor que mejor... pero no siempre necesario! Así, el éxito personal se convierte en algo muy distinto a lo que la sociedad considera!

Durante demasiados años yo mismo realizaba un plebiscito público antes de emprender cualquier decisión o acción... y luego buscaba el reconocimiento de los demás, para reforzar mi percepción de "haber obrado bien". Así, muchas veces vamos acumulando presuntos éxitos personales a través de los años... pero, paradójicamente, nos sentimos insatisfechos y, seguramente, no suficiente reconocidos por los demás, nuestros espectadores! ¿Por qué no nos sentimos bien, a pesar de ser complacientes con los demás? ¿Por qué no nos basta el reconocimiento y la fama, cuando somos considerados personas de probado éxito, ya sea personal, social o profesional? ¿Qué nos impide sentirnos plenos y bien? Pues, precisamente, el actuar buscando solo el reconocimiento personal y, en cambio, no respondiendo a nuestras pasiones internas! No hay juez más estricto y severo con nosotros, que nosotros mismos! ¿Y cuando realiza sus veredictos dicho juez? Pues, precisamente, cuando estamos solos con nosotros mismos, cuando nada ni nadie nos distrae, ni nos engaña o, como suelo decir, cuando cerramos los ojos antes de conciliar el sueño o cuando nos miramos en el espejo con actitud reflexiva! Entonces no existen testigos, ni atenuantes... la realidad se revela sola y desnuda ante uno mismo!

Miguel Benavent de B.

 

Tell me when this blog is updated

what is this?