jueves, 27 de enero de 2011

DE LAS PALABRAS... A LOS HECHOS!



Me sorprende ver que la gente habla mucho y hacen poco por mejorar su vida! Me explico! De un tiempo a esta parte, todo el mundo habla de vida mágica, de integrarse con el alma, de compartir con los demás, de crecimiento personal... hoy día son temas recurrentes en cualquier conversación, donde quiera que vayas! Y supongo que algo tiene que ver con la proliferación de cursos, seminarios, talleres, libros de coaching, de filosofía práctica y similares! ¿Será que, como dice mi buena amiga Lara, en este momento de la evolución del mundo, las energías -antes dispersas y aisladas- ahora convergen y crean una nueva Conciencia colectiva que va tomando forma para evolucionar hacia otra fase de la evolución humana? ¿Es el tan cacareado 2012 el momento del cambio?

Perdona, no pretendo ser pedante, pero creo que, como suele pasar, hay "mucho ruido y pocas nueces" en este aparente crecimiento humano! Creo que, tras unos años de vacío ideológico y sin propuestas de nuevos valores humanos, ha nacido una cierta tendencia hacia el uno mismo, que no deberíamos confundir con hedonismo. Sí, es verdad que este movimiento recién surgido y casi global, está consiguiendo que, poco a poco, las personas cambiemos, volviendo a nuestras raíces humanas ancestrales y que seamos más conscientes y responsables de nuestro entorno humano, auténtico y natural! Y eso, tal y como está el mundo nuestro, ya es un gran logro para la Humanidad!

No obstante, también es verdad que muchas de esas personas hacen del aparente desarrollo personal una tarea meramente intelectual -por decirlo de alguna manera- y, de esa búsqueda, una aventura de exploradores en busca de... ellos mismos! Pero ignoran que el cambio real es de dentro hacia fuera, del corazón a la cabeza, lo que no exige esfuerzo, sino que fluye sin darnos cuenta! Solo hay que dejarse fluir... y recordar siempre que, a más resistencia opongamos a ese devenir de la vida (con el intelecto, la razón o la voluntad solo humana), más infelicidad sentiremos y más obstáculos habrá en nuestra vida! También podemos aprender a vivir superviviendo, es verdad... el ser humano se acostumbra a todo y una gran mayoría lo consigue! Pero, a medida que pase el tiempo, ese mal hábito de engañarse o negarse a uno mismo y renunciar a la vida que merecemos, va acumulando tristeza, nostalgia de lo que nunca fue y abatimiento! Y contra eso poco sirven los libros, las terapias, los presuntos maestros... aunque sean un lucrativo negocio sustentado en la desgracia, la enfermedad y el vacío ajeno! Como suelo afirmar, a nuestro mundo le es mucho más rentable fabricar enfermos, dependientes y adictos, para luego crearles la espectativa de curarles, manteniéndoles en vilo y, si es posible, consumiendo... que hacer algo por sanarles de verdad, por sí mismos y para siempre!

Perdona, si me permites, te hablaré de mí inquietud personal en este ámbito, por un momento! Uno de mis pensamientos recurrentes, dada mi misión en la vida de ayudar a algunas personas a alzar el vuelo y a valerse por sí mismas, es cómo lograr ayudar sin crear dependencias nocivas ni asumir el papel de presunto maestro, que nadie lo puede ser de alguien más que no sea él mismo. Es un reto personal y profesional difícil, pues ayudar a desenvolverse a alguien en un momento dado es creer en su propia capacidad de cambiar su vida y de crecer como persona! Y aceptar que esa persona se perderá en el tiempo, asumiendo que lo que muchas veces necesitamos las personas es que alguien nos dé un primer empujón y, el resto, tener la satisfacción de lograrlo por nosotros mismos. Como todo, el equilibrio es saber hasta dónde ayudas y cuando ya obstaculizas! ¿Sigo dedicándome a mi labor como terapeuta-coach o bien mis escritos y libros ya cumplen con mi misión de dar ese empujón que todos necesitamos de vez en cuando? ¿Qué espera la vida que haga yo con mi misión -y capacidad, por qué negarla- de ayudar a los demás, sin entorpecer su propio crecimiento? Supongo que es algo que deberé de resolver por mí mismo y en el tiempo...

Así pues y volviendo a donde estábamos, te invito a reflexionar sobre tu vida y esos nuevos becerros de oro bíblicos que puede haber en ella, aunque vayan disfrazados de redentores, magos, best sellers, videntes o terapeutas! No aprendas frases ajenas de grandes personajes ilustrados, ni adoptes credos y doctrinas milenarias para buscar el sentido a tu vida! Cada persona debe hallar su propio sentido en la propia vida diaria, no hay más remedio! Y, por favor, dejemos de hablar tanto de cambiar nuestra vida, de llegar a la deseada iluminación o de crear nuevos paradigmas... No hay más que tener empeño y atreverse a tomar -día a día- las oportunas decisiones -aparentemente insignificantes- sin renunciar a tu verdadera esencia, siguiendo tus valores personales y encontrando el justo equilibrio entre tu cabeza y tu corazón! No busques luz, solo déjate sorprender por las oportunidades que diariamente la vida te brinda y vívelas tal como vienen, solo eso debes hacer en tu propia vida! Mientras miras lejos tu Destino, pierdes de vista el camino de tu vida y puedes volver a tropezar una y mil veces más en la misma piedra!

Miguel Benavent de B.

 

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