Sin duda, esta próxima noche es la noche de los niños! Vienen los Reyes Magos que traen regalos para los que se han portado bien y presuntamente carbón para los que se han portado mal! Los niños esperan impacientes su llegada y duermen inquietos una noche como esta para, a primera hora de la mañana, descubrir sus esperados regalos!
¿Quiénes son los Reyes Magos?
Mi querida hija de 10 años acaba de descubrir quiénes son en realidad los Reyes Magos. No porque no lo sospechara o no lo supiera -ya sabemos que todos hemos tenido a ese amigo chivato que difunde "su secreto" entre sus compañeros de clase y amigos-, sino porque hasta el año pasado esperaba que fuera yo, su padre, quien se lo ratificara, a pesar de las pesquisas e investigaciones que ella misma realizaba para constatar ese rumor que corría entre sus compañeros de clase! Y es que solo vemos lo que queremos ver y, en caso contrario, necesitamos evidencias muy contundentes para aceptar la nueva realidad, nos guste o no lo que veamos en ella!
La estrella de Navidad
Qué duda cabe que la historia bíblica de los Reyes Magos de Oriente tiene algo de metafórica para nuestra propia de vida, de niños o de adultos. La estrella de Navidad que -con perdón, creo que Punset y otros ya estarán buscando las evidencias científicas e irrefutables de su existencia, para escribir su nuevo bestseller- presuntamente guió a los ilustres personajes desde los más recónditos rincones de todo el mundo, a través de los desiertos lejanos y de la noche más fría y sombría! Y creo que todos, en un momento u otro de nuestra vida, tenemos esa estrella que nos vigila y nos guía en nuestra andadura! Pero la supuesta estrella no lleva una cola dorada tras ella para identificarse entre las miles estrellas que habitan en el firmamento. Nuestra estrella, esa que aparece de repente y sin previo aviso, no luce más que las otras, ni es constante su presencia... sino que aparece en un momento dado, nos muestra algo que debamos aprender, tal vez nos empuja un rato y, en muchos casos, desaparece en el firmamento, hasta la siguiente oportunidad que la necesitemos. Si es una situación, le llamamos "casualidad", si es una persona, en cambio, aparece sutilmente, tal vez con su disfraz de persona corriente, desconocida y, normalmente, sonriente...
Los regalos que traen los Reyes
Hace ya muchos años que no escribo mi carta a los Reyes. Es más, no recuerdo cuándo fue la última que escribí, aparte de las de mi hija, claro! Seguramente porque nunca recibí demasiados regalos o porque me di cuenta de que me traían lo que ellos querían! La verdad es que, con los años, aprendí a esperar pocos regalos o a pedir cosas que eran difíciles de transportar por unos viejos magos de oriente con sus camellos! Pedía amor, no sufrir y paz para mí... y para todos los que me rodeaban! Pero, más tarde, entendí que tanto el amor, como el sufrimiento, como la paz, formaban parte consustancial de la vida y, en cualquier caso, dependían más de mí, que de alguien más, aunque fueran unos magos! El amor, el sufrimiento o la paz salían a mi encuentro en cada decisión cotidiana, en cada paso que yo daba en mi vida! Y no siempre era capaz de escojer una de ellas, porque la propia vida era la que decidía brindarme una u otra... Yo solo podía aprovechar su efecto o, como máximo, intentar entender su significado en mi propia vida! Al final aprendí que mi mejor regalo de Reyes Magos era, recibiendo lo que recibiera, confiar en su sentido y sentirme satisfecho por merecerlo!
Mi verdadero regalo
Seguramente debería admitir que el verdadero regalo que recibo cada año es estar bien vivo, aceptar mis fortalezas y debilidades, agradecer todo lo que soy y todo lo que tengo en mi vida, mi capacidad de ver y de sonreir a la vida -sea como sea- crear encuentros mágicos, descubrir momentos singulares y disfrutar de cada lugar como si fuera irrepetible!
Deseo que tus Reyes Magos te traigan lo que te traigan para vivir una vida plena, la que mereces y siempre con sentido!
Miguel Benavent de B.
