miércoles, 12 de enero de 2011

POR LA VENTANA...



Sé que ahora estás en silencio... princesa! Sé que te apartas del ruido pues temes sentirte herida, atacada o no dispuesta! Sé que, por un momento, crees estar en la noche más sombría y fría de tu vida, sola! Sé que tus manos reposan en tu regazo, como todas esas tardes invernales pasadas... pero el gato ya no está en él como solía estar, ronroneando y meciéndose entre tus delicadas manos! Tu cabeza ligeramente ladeada y tu mirada perdida denotan tristeza...

Pero no has visto aún que, tras de ti, hay una ventana abierta por la que entra el sol de la tarde... y rompe la sombra que te rodea y te sobrecoje. Ese mismo sol que siempre habías soñado, el mismo que te vio nacer y que te acompañó día tras día en tus mejores y en los peores momentos de tu vida! Ese mismo sol que te vio infinidad de veces reir y llorar, amar y sufrir!

Y mientras tu dormitas, tu gato inquieto y sigiloso se ha encaramado por esa ventana, desde la que penetra ese ténue pero cálido sol de invierno! Y ha mirado el paisaje, ese mismo paisaje que durante horas y días habías contemplado tú misma desde la ventana, sin atreverte a salir por ella! Y ante la espectacular visión de un mundo hecho de color y de luces, tu gato ha vuelto su vista atrás, te ha contemplado cabizbaja y ha vuelto hasta ti para compartir su descubrimiento. Y te ha maullado desde el suelo, pidiéndote que le acompañaras a salir por esa ventana, accidentalmente abierta, hacia esa primavera que espera ser descubierta y disfrutada por tu corazón hoy apagado!

Y has salido por ella... y tu corazón ha palpitado de nuevo fuertemente... ha visto que todo aquello que tantas veces antes habías soñado y ahora se ha hecho realidad ante tus asombrados ojos, bien abiertos, preciosos y brillantes! Y has respirado el aroma de la hierba mojada, el olor a flores en el aire y has visto todas esas mariposas revoloteando, que creías que solo se removían en tu interior cuando sentías el amor cercano y sorprendente! Y has visto que tu sueño se hacía realidad ante tu mirada absorta... aunque tu propio corazón ya sabía bien que la distancia entre la realidad y el sueño es el simple valor de salir por esa ventana siempre abierta a la vida, que siempre antes creíste cerrada y que te privaba de tu deseo! Y has aprendido que, por la misma ventana abierta que entra el sol y te calienta en esa tarde fría de invierno, siempre pudiste salir tú a vivir tu propio sueño lleno de colores, de flores, de mariposas... Y, al fin, en tus labios se ha dibujado de nuevo tu preciosa sonrisa, princesa!

Miguel Benavent de B.

 

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